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Hasta mediados de octubre, Sierra Nevada presentaba una imagen seca, sequísima, casi catastrófica. Como en otras partes del centro-este peninsular, las escasas precipitaciones han dejado un otoño con los sotobosques huérfanos de setas. Los míticos picos Mulhacén, Veleta y Alcazaba lucían en octubre como si estuvieran en pleno verano. Sin embargo, el día 18 se vistió de ese blanco que intensifica su majestuosidad a partir de los 2.500 metros. Buenas noticias. Desempolven esquís y tablas de snow, que solo queda un mes para que abra la estación y todo apunta a que cumplirán con las previsiones.
El cambio climático parece haber eliminado las etapas climáticas de transición en la montaña, como hemos visto en Sierra Nevada. Se ha pasado de la piedra ardiendo por las altas temperaturas a la nieve en cuestión de horas. Según avanzaron en la web de la estación, la primera nevada del otoño registró más de 20 litros/m2. Las imágenes son preciosas, de ese blanco que tanto nos gusta.
Eso invita a ser optimistas con el arranque de la temporada 2017-2018, prometido para el 25 de noviembre (¡solo falta un mes!). Como ya adelantamos aquí, este año la estación estrena nuevo logotipo después de haber sido sede este año de los Campeonatos del Mundo de Snowboard y Freestyle Ski.
Sierra Nevada, en cifras
La estación de Sierra Nevada abrió en 1964 y presume de tener el mayor desnivel esquiable de España, con 1.200 metros. En total, tiene 106,8 kilómetros esquiables balizados que se reparten en 124 pistas: 19 son verdes, 41 azules, 50 rojas, 7 negras y 7 parques de nieve. La cota mínima se ubica en los 2.100 metros, y la máxima llega hasta los 3.300 metros.
En Sierra Nevada hay espacio para los amantes del freestyle y del snowboard en el Superparque Sulayr. Además, ofrece otras actividades como dos toboganes para deslizamiento con neumáticos (tubing), alfombras transportadores y un trineo ruso, entre otros. El municipio más cercano a la estación es Monachil, ubicado a 20 kilómetros.
Éxito en verano
Sierra Nevada, pese a lo que su nombre pueda indicar, no es solo famosa en época invernal. También tiene una importante temporada estival que suele estar abierta entre el 24 de junio y el 3 de septiembre. Este año ha alcanzado una cifra nada desdeñable de 45.000 visitantes, según informan desde la estación, lo que ha permitido incrementar la ocupación hotelera del 30% en 2016 al 45% este verano.
¿Y qué se hace en Sierra Nevada en verano? La estrategia de desestacionalizar el espacio se centra en una programación que combina naturaleza, deporte (como no podía ser de otra manera, con el pico más alto de la península), aventura, cultura y ocio familiar. La ascensión al Mulhacén, la integral de los "tresmiles" o la ruta de las Siete Lagunas siguen siendo clásicos del macizo montañoso.
El evento veraniego más mítico es, seguramente, la Ultra Sierra Nevada: una espectacular carrera de montaña de 100 kilómetros de ascensión constante desde Granada hasta los pies del Pico Veleta (a 3.100 metros de altitud) y la estación de esquí de Pradollano. El desnivel positivo es de 6.060 metros y el negativo, de 4.590 metros. También son muy populares las actividades de astroturismo a mediados de agosto, para contemplar las noches de las Perseidas con un cielo imposible de ver en ningún espacio urbano.
Pero Sierra Nevada ya ha cambiado su atrezzo e invita a ir reservando los forfaits. ¡Feliz temporada de nieve en la estación de esquí más meridional de Europa!
