Debes introducir un correo electrónico que sea correcto y aceptar la política de privacidad
Ha ocurrido un error. Vuelve a intentarlo y si el problema continua puedes escribirnos en info@esqui.com
Te has suscrito correctamente
Estado de pistas y meteorología
Ofertas
Hoteles por zonas
Estado de pistas por zonas
Ofertas de esquí por zonas
Ofertas por fecha
Hoteles por estaciones
Hoteles por estaciones
Hoteles por estaciones
Estado de pistas por estaciones
Estado de pistas por estaciones
Estado de pistas por estaciones
Estado de pistas por estaciones
Estado de pistas por estaciones
Estado de pistas por estaciones
Ofertas por estaciones
Ofertas por estaciones
Ofertas por estaciones
Ofertas por estaciones
Las tribus urbanas en la ciudad están a la orden del día, pero la montaña no se queda atrás. En las estaciones no se concentra una masa uniforme de esquiadores... y lo sabes. Cada persona es un mundo, pero es cierto que existen algunas pautas de comportamiento, actitud y vestimenta que nos permite establecer algunas tribus urbanas. Te reirás, pero al final del artículo te tocará admitir a qué tribu perteneces tú. Veamos...
El Stenmark jubilado
Dícese de ese amigo (o amiga) que presume de haber sido un hacha en el esquí, pero nunca lo ha visto nadie. No hay testigos. Ni siquiera te ha acompañado nunca a esquiar; siempre tiene algún compromiso o trabajo. ¿Has llegado a ver su material de esquí? Pues eso.
El 'postureos'
Este sí que te acompañará a la estación, pero difícilmente le verás descender por una pista. Acostumbra a enraizar en las terrazas de los bares, en las barras o en las hamacas. Juegan mucho con el "quita y pon" de las gafas de sol y también les suele gustar el flirteo. Se les reconoce porque procuran vestir con buenas marcas, llevan la ropa impecable (claro, apenas la sudan) y se preocupan por ir a la última. De vuelta a la ciudad, tienden a presumir de sus descensos.
El excusas
Es el típico amigo que se queja de haberte acompañado a esquiar, antes incluso de que le formularas la proposición. En su vida cotidiana ya suele quejarse de todo y en las pistas no iba a ser menos: que si las botas le aprietan y no ha cogido la talla adecuada, que si las fijaciones no están bien puestas, que si los esquís no deslizan bien, que si le ha sentado mal el desayuno... Todo le parece mal. Lo normal es que aproveche cualquier excusa para escaparse al bar: "Luego te busco". Nunca lo hace, aunque cuando te reencuentras con él, disimula con un: "¿Dónde te habías metido?".
El Go-Pro
Es un friki de la tecnología deportiva y enganchado a superar sus marcas personales. Es el mismo que publica en Runtastic hasta la carrera que se ha metido para no perder el autobús (con tiempos, kilocalorías quemadas y pulsaciones) y que dispone de todo tipo de gadgets para todo tipo de actividades, hasta para las que ni practica. Por supuesto, la Go-Pro no falta en su kit de supervivencia para la nieve y siempre se la lleva a esquiar. Ve buscándote una buena excusa para no tener que tragarte esa maravillosa velada con los amigos en la que os pondrá el vídeo al completo: una hora, editada y con música de atronadora, con sus descensos en los que solo se ve la punta de sus esquís o la tabla de snow. Ah, y algún grito del tipo: "Oh, yeah!".
El Kamikaze
Es ese amigo que baja a más velocidad de la que debería. El problema no es que descienda rápido, sino que presume de ser nivel experto cuando en realidad baja sin control (y sin miedo, hay que decir, de forma temeraria). Los distinguirás fácilmente porque apenas hacen giros: eso reduciría la velocidad con la que quieren impresionar. Y si les aconsejas que se moderen porque hay más personas en las pistas a las que pueden arrollar, tiende a enfadarse en mayúsculas. Además, suele presumir de haber alcanzado ese "nivel" sin haber recibido ni una sola clase. Lo mejor es evitarlos y no cruzarse en su camino.
El 'jetas'
Es aquel que nunca paga el forfait. Nunca va solo. Llega a la estación con sus esquís y no pagan nada porque dicen que solo van a probar. Después se lanzan por las pistas azules y cazan los remontes al vuelo. Hasta que se lanzan por una roja y se cuelan en el telesilla. La historia más trillada es que han perdido el monedero con el forfait esquiando.
Posdata: Lógicamente, ¡cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia!
