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"Vi muchos vídeos de Youtube de gente engullida por una avalancha, pero nunca pensé que me pasaría a mí". Son las declaraciones del esquiador Vladimir Jovanovski que han dado la vuelta al mundo. Hace unos días, le tragó la nieve y sobrevivió para contarlo. El joven de 28 años, con experiencia en el deporte y de origen macedonio, se encontraba descendiendo por una ladera fuera de pista a 1.700 metros de altura en la montaña Popova Sapka, en Macedonia.
Durante la bajada, le sorprendió una avalancha. El momento quedó capturado en un vídeo en el que se ve cómo, súbitamente, es tragado por la masa blanca en movimiento. "De repente escuché el sonido aterrador de la nieve que comenzó a desprenderse y a venir sobre mí", ha relatado después.
Las imágenes son espectaculares e incluso agobiantes, más cuando uno se imagina en la piel del macedonio. Es inevitable preguntarse: "¿Cómo habría reaccionado yo?". Sin embargo, y aunque no hay que tentar a la suerte, no es el único esquiador conocido que ha sobrevivido a un alud. Esta noticia de la que se ha hablado tanto en los últimos días nos ha traído a la memoria otras experiencias similares con final feliz en la historia del esquí.
Es inolvidable el vertiginoso vídeo del esquiador sueco Sverre Liliequist. Ocurrió en el Swatch Skiers Cup de 2013, en Zermatt (Suiza), un campeonato en el que se enfrentan esquiadores de Estados Unidos contra una selección de Europa. El descenso de Sverre sigue en el recuerdo de muchos porque, en medio de su performance, provocó una avalancha que no le atrapó por los pelos.
Durante varios segundos de alta tensión, en el vídeo se puede comprobar cómo un alud le pisó los talones. Con un backflip (volereta hacia atrás), otorgó más belleza al espectáculo en un final trepidante, más propio de una película de acción que de la vida real.
Aunque uno de los vídeos que más nos pone los pelos de punta es el del freerider Aymar Navarro, de la Val d'Aran. En 2013, cuando tenía 24 años, estaba en medio de un rodaje en los Pirineos para hacer un anuncio televisivo para una marcha de coches, cuando le atrapó una gran avalancha. Descendía desde los 2.802 metros de altura del Tuc de Barlonguera, en la Val d'Aran. En las imágenes se ve claramente cómo le engulle y el papelón que hace el sistema de seguridad de la mochila ABS. Afortunadamente, todo quedó en un susto.
El popular y experto Chris Davenport también ha salido indemne de alguna e incluso ha dado consejos para la marca Redbull para practicar un esquí seguro. Entre ellos, señala la importancia de valorar el terreno y la exposición y hacerse preguntas: "¿Si bajo por ahí, es posible que me encuentre con obstáculos ocultos? ¿Podré reaccionar correctamente y a tiempo?". Si crees que no, evita ese descenso.
Por otro lado, no siempre tenemos en cuenta hacer un autoanálisis de nuestras capacidades. Es decir, hay que ser realista a la hora de medir nuestras expectativas. Es más importante divertirse que buscar objetivos que no están técnicamente a nuestro alcance. Ante la montaña, siempre hay que ser humilde. Como hemos visto, hasta los grandes expertos pueden sucumbir a las avalanchas (y no siempre salen de rositas).
Por último, es esencial aprovechar toda la información que existe en la actualidad. Con las nuevas tecnologías es fácil obtener partes meteorológicos y de avalancha, así como observaciones precisas de los terrenos, riesgos y guías sobre destinos para esquiar. A veces ocurren accidentes por no haber dado importancia a un parte que evidenciaba altos riesgos.
