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Si eres la persona 'rarita' del grupo de amigos a quien no le gusta esquiar pero no quieres perderte ese viaje a la nieve que están organizando o eres justamente uno de los organizadores y quieres convencer a esa persona a la que no le gusta esquiar, aquí te dejamos una oferta variada de actividades que se pueden hacer en la nieve. Las pistas no son solo el paraíso de esquiadores y snowboarders...
Las estaciones de esquí y su entorno ofrecen actividades pensadas para todo los públicos. Niños y mayores, pero también amantes y "haters" del esquí/snow. Aquí dejamos algunas ideas para disfrutar de la nieve de una forma diferente:
-Ruta con raquetas. Es una modalidad de montañismo, pero sobre nieve. Sentirás la increíble sensación de caminar sobre el manto blanco, escuchando el crujir bajo tus pies y con una brutal libertad de movimiento. Mejor seguir los pasos de un guía (o amigo con experiencia), que te descubrirá los parajes más recónditos, bosques y lagos helados con total seguridad.
-Montar en trineo. Es muy habitual ver a familias enteras tirándose por colinas y laderas cerca de las estaciones de esquí. El funcionamiento de estos aparatos -que se pueden alquilar en cualquier centro de material deportivo y estación de esquí- es muy simple: frenan con unas palancas que hay a los lados. La excusa suele ser buscar la diversión de los niños, aunque la realidad es que los adultos disfrutan tanto o más que ellos.
-Motos de nieve. Son muchas las estaciones que ofrecen excursiones con estos aparatos, con guía, y con recorridos que duran entre 30 minutos y dos horas. Ideal para los que buscan adrenalina.
-'Mushing'. En los últimos años esta palabra se está poniendo muy de moda para designar lo que siempre habíamos conocido como "trineos arrastrados por perros". Baqueira-Beret, Grandvalira, Sierra Nevada, Formigal, Cerler... la gran mayoría de estaciones de esquí ya ofrecen esta actividad para disfrutar de la nieve y sentir esa conexión con los animales centenaria.
-Paintball de nieve. El funcionamiento es el mismo que el de los populares 'paintballs'; solo cambia el entorno, con un manto blanco, y por lo tanto, el equipamiento que necesitarás tendrá que protegerte no solo de los 'disparos', sino también del frío.
-Tubing. Como su propio nombre indica, consiste en lanzarse por unos toboganes de nieve con un colchón circular, como si fueran los típicos "donuts" de los parques acuáticos.
-Tobogganing. Otro anglicismo para hablar de una actividad diferente que ofrece la estación de Formigal-Panticosa (Pirineo Aragonés): consiste en descender con un trineo de madera casi dos kilómetros y medio de pista iluminada por la noche.
-Parapente. Tus amigos se burlan de ti porque no quieres bajar las pistas con los esquís... pero es que igual para ti eso es poco y buscas experiencias más intensas. ¿Qué tal si les saludas desde lo alto y te lanzas (nunca mejor dicho) a hacer parapente? En invierno tienes garantizadas unas vistas espectaculares. Uno de los mejores lugares para hacerlo es el Valle de Benasque, donde se encuentra la estación de Cerler. De hecho, se considera de Castejón de Sos es la cuna del parapente en España, ya que ahí es donde se fundó la primera escuela.
-Hacer muñecos de nieve e iglús. Son clásicos del viaje a la nieve que siempre entretienen a todas las edades. Por otro lado, la estación de La Molina (Pirineo Catalán) ofrece a veces cursos y talleres de construcción de iglús con monitores con la colaboración de 'Ohmamiglu' (la asociación de constructores de iglús de Catalunya); es una actividad curiosísima en la que se aprende sobre las sorprendentes propiedades de estos singulares edificios.
