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Es un deporte extremo que mezcla esquí y parapente. Goza de una cierta popularidad en países como Francia y Estados Unidos, aunque en España es todavía una modalidad poco conocida. Visualmente es todo espectáculo, aunque para practicarlo, hay que tener algo más que ganas... ¡valor!
En Pirineos es donde tenemos la escuela de Speedride más cercana. Concretamente, Vallnord lleva ya unos años dando clases de esta modalidad de esquí -aéreo en parte- y promocionándola. El sistema es sencillo: permite deslizarse sobre la nieve y volar gracias al uso de una vela que es similar a un parapente; eso permite hacer un descenso más rápido, esquiar en zonas inaccesibles y alzarse del terreno para sortear obstáculos. El equipamiento de este deporte es: esquís de pista (sin palos), casco, un mini-parapente con arnés y mochila. Hay decenas de marcas que se han especializado en Speedride y que ofrecen un equipo con un diseño específico.
Nació en Francia y ya hay competiciones
El Speedride nació a finales de 1970 en Francia. Entonces, había alpinistas franceses que se "lanzaron" -y nunca mejor dicho- a la moda de saltar con paracaídas desde montañas escarpadas y con los esquís puestos.
La aceptación fue tal, que se extendió a otros países más lejanos, como EEUU, donde en 1996 ya lo acogieron incluso en competiciones de slalom con el uso de velas. Pero como Speedride propiamente dicho, la primera competición oficial la celebraron sus inventores, los franceses. Fue la 'Speed Flying Pro Les Arcs', que debutó en 2007.
Escuela de Vallnord y Cerler
Si queremos aprender Speedride, el punto más popular y consolidado de la península es en Arcalís (Vallnord, Andorra), desde la temporada 2008/2009. Según explican en su web, es "un nuevo deporte de invierno a alta velocidad" que "combina las sensaciones de las curvas del esquí con la magia del vuelo con parapente". Aseguran que es un deporte que le "añade una tercera dimensión al esquí".
El Speedride conlleva altas dosis de adrenalina, sí, pero no es privativo ni solo para deportistas de elite. Para aprender sus fundamentos básicos y probarlo solo se necesita un "nivel bueno de esquí" y "ser capaz de bajar por cualquier tipo de nieve", así como poder hacer "algún salto de no más de 10 metros".
En Vallnord ofrecen diferentes niveles para aprender y para perfeccionar la técnica, con recorridos que van desde pendientes poco pronunciadas hasta desniveles "increíbles", como las paredes del sector de Creussans y el Canal de la Muerte, con más de 600 metros de desnivel.
Los monitores que llevan esta escuela son dos grandes profesionales con más de 10 años de experiencia: el piloto de parapente Eduard Terricabras y la voladora Eli Viñas. Además de dar clases, también compiten en esta modalidad. El nacimiento de la escuela de Arcalís dio lugar también a la celebración de la competición 'Vallnord Speed Contest', perfecto para ver en primera persona y en directo un espectáculo deportivo como pocos... ¡o incluso para participar, si te animas y te enganchas a sus dosis de adrenalina!
Por otro lado, actualmente también se puede aprender a practicar Speedride en la estación de Cerler (Pirineo Aragonés), gracias al trabajo de la escuela Tandem Team. El parapente es biplaza y realizarás el descenso con un monitor que te dará todas las claves para adentrarte en este deporte extremo.
Speedride en los Alpes
Si te está picando ya el gusanillo de probar el Speedride, aquí te dejamos un vídeo de vértigo de los esquiadores Valentin Delluc y Martin Schricke. Los deportistas se van abriendo paso en el entorno espectacular de los Alpes franceses, con velocidades de vértigo, haciendo maniobras para salvar obstáculos y llegando, finalmente, al pueblo de Avoriaz.
