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Ya se han clausurado los Juegos Olímpicos de Invierno de este 2018 que se han celebrado en Pyeongchang (Corea del Sur). En la ceremonia se han visibilizado algunos de los valores que ya hemos visto en los 16 días que han durado las competiciones: deportividad, unión, paz y amistad, mensajes que cobran especial relevancia en un país todavía separado de sus hermanos del Norte. Noruega ha dejado huella, pero España también ha conseguido superar su larga travesía del desierto en la nieve.
En primer lugar, y antes de mirarnos el ombligo, toca destacar el gran papel que ha tenido la atleta Marit Björgen en los JJOO. El pasado domingo sumó su quinta medalla en esta cita, siendo la segunda de oro, en la prueba de 30 kilómetros estilo clásico con salida en masa de esquí de fondo. Pero es que eso la ha convertido en la plusmarquista absoluta de medallas olímpicas invernales con un total de 15 (acumula 8 oros, 4 platas y 3 bronces).
Y España, ¿cómo ha quedado? Para revivir las últimas victorias del equipo español, teníamos que buscar en la hemeroteca de los años 1972 y 1992. La primera vez fue en Sapporo, cuando Paquito Fernández Ochoa se llevó la medalla de oro en slalom especial; su hermana, Blanca Fernández Ochoa, es la que ganó la otra en Albertville, concretamente un bronce también en slalom. Ha habido que esperar 26 años para tener otro reconocimiento invernal; en este caso, doble de bronce: Regino Hernández (en snowboard) y Javier Fernández (en patinaje).
España ha quedado así en el puesto número 26 de los países participantes. No es demasiado alto, pero en comparación con la historia deportiva invernal que arrastraba, podemos decir que en dos días ha duplicado su palmarés de medallas olímpicas (de dos a cuatro).
Ahora solo cabe que estos premios no sean una anécdota y una excepción en el palmarés. Y que como señaló el presidente de la Federación de Deportes de Nieve, May Peus, que los españoles no vayan a los JJOO "solo a participar", sino también a ganar. Por su parte, el snowboarder ganador, Regino Hernández, apuntó a los medios que esperaba ser un ejemplo para que las personas amateur den "el salto a la profesionalización" y que ayude a "atraer a las ayudas y patrocinadores para montar eventos".
Los mejores momentos de los Juegos Olímpicos
Son varias las curiosidades que han quedado en Pyeongchang, como en todas las competiciones de este calibre. Una de ellas es la medalla de oro de la checa Ester Ledecka en súper gigante. Primero, que la deportista no es especialista en esta modalidad, ya que es la campeona del mundo de slalom en snowboard; y segundo, que ¡ganó con unos esquíes prestados! La esquiadora de 22 años relató después que al principio creía que había habido algún error.
El deporte también es una plataforma para reivindicar los derechos humanos. Así lo creyó el esquiador Gus Kenworthy cuando se atrevió a besar a su novio al terminar una prueba de slopestlye; no se atrevió a hacerlo en los JJOO de Sochi 2014, en Rusia.
Las medallas no es el objetivo de todos los participantes. Para algunos, estar ahí y terminar una prueba ya es una gran superación personal. Es lo que demostró, casi como una lección de vida, el mexicano Germán Madrado. A sus 42 años, hacía solo un año que se había puesto los esquís por primera vez en su vida, y cuando cruzó la meta de una prueba de esquí de fondo lo celebró como si hubiera ganado (¡y quedó el último, a 25 minutos del primero!).
Nigeria ha participado por primera vez en la historia en unos Juegos Olímpicos de Invierno. Y lo ha hecho en la modalidad de bobsleigh, con un trineo africano. Terminaron últimas, pero para Seun Adigun y Ngozi Onwumere fue todo un logro estar ahí.
