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Hay quien se puede permitir el lujo de no dejar de esquiar en todo el año. En invierno, tenemos cerca montañas nevadas; y en verano, algunos marchan a otros destinos como Alpes o incluso un gran viaje al polo sur, como Chile, donde hay estaciones muy interesantes. Sin embargo, la gran mayoría de los mortales nos tenemos que conformar con esquiar cuando la nieve cubre nuestras cordilleras. Hace, pues, casi un año que no te pones los esquís. ¡Prepárate con estos consejos!
Una vida activa, la mejor garantía
Habitualmente los esquiadores son amantes de la montaña que no la dejan cuando desaparece el manto blanco. Mantener una rutina de ejercicio físico constante es la mejor manera de empezar bien la temporada de esquí, con energías que te permitan amortizar al máximo los forfaits.
Si haces rutas por la montaña semanales, vas a nadar, sales a correr, etc., estarás más que preparado para arrancar la temporada. En cualquier caso, puedes hacer un entrenamiento específico haciendo ejercicios preparatorios, como ya detallamos en este artículo.
¡Cuidado con el sol!
Los más despistados cometen el mismo error, año tras año, de infravalorar la incidencia de los rayos solares en alta montaña. Aunque cada vez estamos más concienciados por las campañas que se han hecho sobre el cáncer de piel, no está de más recordar la alta importancia que tiene protegerte con crema solar.
Tómate tu tiempo y disfruta
Uno de los mayores errores en la vida y esquiando son las prisas. A veces queremos empezar la nueva temporada justo en el punto donde la dejamos el año anterior. Pero tu cuerpo necesita volver a habituarse a las botas, a los esquís o a la tabla, volver a hacerse dueño de todo ello. Por eso siempre hay que empezar unos pasitos atrás; paciencia, porque enseguida recuperarás tu habilidad para volver a plantearte los retos que se te quedaron pendientes.
En este sentido, es importante no saltar de “color” por auto-imposición o porque nuestros colegas ya han saltado a un grado más difícil. Tómate tu tiempo, cada persona es diferente. Recuerda que esquiar es, sobre todo, deslizarse por la nieve y pasárselo bien. Si no, ¿qué sentido tiene?
Mejora con la ayuda de un monitor
Contratar un monitor no es algo que se limita a los novatos, para dar sus primeros pasos. También podemos acudir a clases de perfeccionamiento donde, segurísimo, aprenderás nuevos truquillos para depurar tu técnica y divertirte aún más en la nieve.
Pon a punto tu material
Ya hemos hablado de ello e insistimos. Si todos los años alquilas tu material de esquí, no tendrás que preocuparte de nada más que de elegir una buena tienda que sea de tu confianza y fijarte bien en el estado del equipo que te ofrecen.
Si tienes equipo propio, deberías haber hecho bien los pasos de guardar el material al final de temporada (secado, encerado y guardado). En ese caso, tu material se conservará muy bien. Aún así, verifica el buen estado de la suela, y si encuentras agujeros o arañazos, tendrás que cubrirlos con un sobremoldeado para que no se filtre el agua en la estructura del esquí o tabla.
Limpia bien los cantos y, si es necesario, líjalos. Por último, ajusta las fijaciones a tu peso (quizás hayas cambiado de peso desde el fin de la temporada pasada hasta ahora), edad y nivel.
Recuerda que al inicio de la temporada, la nieve puede ser algo más dura de lo habitual. Esquía siempre con precaución, usando la cabeza y sé realista con tu nivel. Con práctica y constancia, tarde o temprano llegarás a donde quieras.
