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Sierra Nevada, Grandvalira, Baqueira-Beret... Son estaciones muy apreciadas por los esquiadores y no hace falta explicar por qué. Pero hoy salimos del circuito de nieve más popular para adentrarnos en una estación tranquila, sin masificaciones, ideal para los que buscan un entorno más pacífico para desconectar y con una interesante oferta cultural. Os presentamos la estación de Boí Taüll.
Las pistas de Boí Taüll están al noroeste de Catalunya, en la provincia de Lleida. Se caracterizan por tener las cotas más altas de todo el Pirineo: la mínima está a 2.020 metros (Pla de Vaques), y la máxima, a 2.751 metros (Puig Falcó); además, está orientada hacia el norte. Todo esto es sinónimo, como sabes, de buena calidad de la nieve durante toda la temporada.
A sus buenas condiciones para esquiar se le suma que es una estación tranquila, sin grandes aglomeraciones, y con diferentes niveles. Tiene incluso una zona baja muy apropiada para los niños. Hay quien busca jaleo y mucho movimiento en sus viajes a la nieve; otros, prefieren calma y relajación. Si esta es tu opción, te encantará Boí Taüll.
Trineos y snowpark
La estación suma 45 kilómetros esquiables con largos y anchos trazados, repartidos en 6 pistas verdes, 3 azules, 20 rojas y 14 negras, además de dos itinerarios. Tiene desniveles de hasta 750 metros y no tiene pistas horizontales.
Por otro lado, los amantes del freestyle encontrarán un completo snowpark con cinco zonas de diferentes niveles, para iniciación, evolución, perfeccionamiento, etc. En sus dominios también hay una pista exclusiva para trineos. Como en toda estación que se precie, no faltan los servicios habituales de atención médica a pie de pistas, jardín de nieve para niños a partir de dos años, restaurantes, SkiBus… y hay hasta un servicio de alquiler de cámaras GoPro para que registres tus hazañas en la nieve aún sin tener que comprarte una.
Un ‘après-ski’ que es Patrimonio de la Humanidad
Si estás cansado de los planes habituales de esquí+pub+fiesta, en Boí Taüll tendrás una oferta más cultural e histórica para cuando te quitas las botas. Tenemos la oportunidad de ver y visitar joyas históricas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: el valle de Boí tiene un conjunto de ocho iglesias y una ermita románica, bien conservadas, donde destaca Sant Climent de Taüll y su popular Pantocrátor, una pintura policromada de gran relevancia histórica.
El conjunto histórico lo completan Santa María de Taüll, Sant Joan de Boí, Santa Eulalia de Erill la Vall, Sant Feliu de Barruera, La Nativitat y Sant Quirc de Durro, Santa María de Cardet y la Assumpció de Coll, con bonitos campanarios.
Por supuesto, al ‘après-ski’ en Boí Taüll no le faltan propuestas relacionadas con la naturaleza y la montaña. El valle ubicado en una de las comarcas menos pobladas de Catalunya ofrece una amplia red de senderos poco transitados, de gran belleza, y donde se pueden practicar desde excursiones con motos hasta rutas con raquetas de nieve, ya sea por la estación de esquí como por el Parque Nacional de Aigüestortes.
Los paisajes son espectaculares, ya que no solo se pueden divisar parajes catalanes como la Sierra del Cadí, sino que desde el Puig Falcó (la cota más alta de la estación) se ven los populares Picos del Aneto, los Maladetas y los Besiberris, entre muchos otros.
En la línea de los que buscan un plan para alejarse del mundanal ruido, cerca de la estación también están los baños termales de Caldes de Boí para relajarse y darse un capricho. No atrae a las grandes masas, pero como ves, a Boí Taüll no le falta de nada.
