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Cuando vamos a la montaña, y específicamente a esquiar o a practicar snowboard, nuestra prioridad es pasárnoslo bien, socializar, mejorar una técnica o vencer miedos. O una mezcla de todo. Desde luego, en lo último que pensamos cuando estamos preparando las maletas es en la posibilidad de tener un accidente en la nieve. No obstante a veces, ocurren. En esos casos, lo más importante es que no sea grave, de acuerdo; pero después, tocará desembolsar una buena cantidad de dinero que podrías haber evitado con un seguro.
No nos alarmemos. El esquí es un deporte seguro, sobre todo si se practica en pista. Las cifras dicen que aproximadamente uno de cada mil esquiadores sufren una lesión practicándolo; el porcentaje es bajo, pero como en todo, te puede tocar a ti. Las probabilidades suben en el caso del snowboard.
Las lesiones más habituales son las de rodilla, seguidas del hombro y el pulgar. Lo más frecuente es que los infortunios ocurran después de la tercera hora, quizás por exigirnos demasiado aún con fatiga.
Puedes pagar hasta 5.000 euros sin seguro
Como decíamos, la cantidad a la que se puede ver obligado a pagar un esquiador que tiene un accidente en la montaña por un rescate es cara. En España lo mínimo son 300 euros (si el rescate lo efectúan pisteros) y puede costar hasta 5.000 euros, en función de sus características. Los seguros de las pistas de esquí no siempre se hacen cargo de los rescates, debes fijarte bien; en ese caso, te puede tocar acudir a seguros de viaje específicos para deportes de nieve.
Los servicios de rescate son estatales en España, aunque esto no es igual en todos los países. Si marchas a Francia o Austria a esquiar, debes tener en cuenta que los salvamentos son gestionados por empresas privadas, lo que incrementa aún más el coste. Aquí es donde se hace aún más importante contratar un seguro.
Los seguros
Es importante fijarte en que cubran el rescate, pero también que incluyan seguro de responsabilidad civil. Esto incluye los daños que puedas causar a un tercero esquiando, algo que puede ocurrir si te chocas o arrollas a alguien y es esa persona la que acaba siendo más perjudicada.
Uno de los grandes errores que solemos cometer es cuando descartamos contratar un seguro para la nieve cuando viajamos a Andorra. La cercanía nos puede hacer creer que no pasará nada o que no habrá grandes consecuencias negativas, pero debemos recordar siempre que estamos en otro país donde no nos cubre la seguridad social.
La tarjeta sanitaria europea sí nos ayuda a desembolsar una parte, aunque esta cambia igualmente en función del país. Por ejemplo, en Francia te cubre el 70% de los gastos, y el accidentado tendrá que pagar el 30% restante, un porcentaje que puede resultar en una cantidad elevada en urgencias y hospitalizaciones.
En la contratación de un paquete de alojamiento más forfait siempre es posible desistir del seguro. Pero por todo lo visto, os recomendamos que nunca vayáis a la montaña sin él.
Evitar las lesiones
Evidentemente, el mejor seguro –aun habiendo contratado uno- es evitar las lesiones. No hay una fórmula mágica y un día malo lo tiene cualquiera. Pero es importante seguir unas pautas básicas: si vas a esquiar, procura mantener una forma física adecuada; descansa cada dos horas si no estás acostumbrado para evitar la fatiga.
Además, procura evitar colisiones con elementos y con otros esquiadores, para ello es vital intentar predecir sus movimientos; aprende a reconocer el estado de la nieve y las condiciones meteorológicas; y por último, un buen equipo siempre te ayudará a esquiar más seguro y con más confianza.
