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La jubilación es ese bonito momento en el que, si se llega con salud, uno tiene tiempo para hacer todo aquello que no podía mientras trabajaba. Esquiar es una de esas actividades que a estas edades se pueden disfrutar; además, hay precios muy buenos de forfaits para personas mayores. No obstante, hay que saber elegir a dónde se va y ser muy conscientes de que el cuerpo ya no es el mismo que con 20 años. Vamos a dar algunas claves para esquiar a una edad avanzada. ¿Estás preparado?
Beneficios del esquí a edades avanzadas
La presencia de personas jubiladas en las estaciones de esquí no hará más que incrementarse en los próximos años. Tanto, que en Estados Unidos casi todas los centros invernales dan forfaits gratuitos a partir de una determinada edad y ahora se están planteando comenzar a cobrarles.
Tiene una explicación muy sencilla: la generación del baby-boom está empezando a jubilarse y, lo que empezó como una medida para fomentar el envejecimiento activo, puede acabar convirtiéndose en el suicidio de las estaciones de esquí. Esto tiene una lectura positiva para las personas mayores: se acabaron las dudas de si me sentiré como un bicho raro en las pistas porque estoy rodeado de jóvenes atléticos.
Además, una práctica con cabeza del esquí a edades avanzadas repercute en numerosos beneficios para la salud: tonifica los músculos de todo el cuerpo, ayuda a fortalecer las articulaciones, es bueno contra el estrés y la tensión y ayuda a conciliar el sueño. También es una buena manera de mejorar el equilibrio y la agilidad, favorecer la actividad psicomotriz y reforzar el sistema respiratorio y cardiovascular.
Otro beneficio de esquiar en la jubilación es la posibilidad de hacerlo entre semana, huyendo de las masificaciones. ¡Los precios de los paquetes de hotel más forfait también son más económicos!
Cautela: hay más lesiones
Si ya os estáis animando, conviene recordar que también hay que poner los pies en la tierra y ser conscientes de que el cuerpo y las energías han cambiado con la edad. Las personas mayores tienen más probabilidades de lesionarse rodillas, hombros, muñecas, tobillos, pelvis o espalda, y su recuperación tiende a ser más lenta, porque las articulaciones ya están desgastadas.
Por eso, si bien la edad no nos debe limitar a la hora de hacer lo que nos guste, tampoco debe ser una excusa para hacerlo a lo loco. No busques seguir el ritmo a hijos o nietos intentando demostrarles el esquiador que un día fuiste: para eso ya están las fotos y las historias orales. Ahora más vale ser cauteloso, pasear por pistas azules y hacer descensos suaves. Hay que parar siempre que uno se sienta cansado e hidratarse de forma regular en las pistas.
En cualquier caso, a una edad avanzada es recomendable retomar el esquí teniendo unos conocimientos de base y combinándolo con otras actividades físicas que ayuden a fortalecer músculos y articulaciones, como largas caminatas o trotar.
¿Dónde esquiar en la jubilación?
Es aconsejable optar por estaciones de esquí con pistas agradables y amables, y evitar los descensos de vértigo que tanto nos apasionaban en la juventud. Ahora estamos en otra etapa. Candanchú es una buena opción, ya que cuenta con 22 pistas en total entre verdes y azules. Otras estaciones de esquí adecuadas para edades avanzadas: Formigal, Port del Comte (el 89% de sus pistas está catalogadas como fáciles-intermedias), Sierra Nevada o Cerler. También puedes compaginar el esquí con otras actividades más suaves y agradables como paseos con raquetas o con trineos.
La edad no importa si se usa la cabeza. ¡Tienes todo un mundo nevado ante tus pies!
