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Entendemos que si has llegado hasta aquí es porque te apasiona el esquí. Pero este no es un artículo apto para todos los amantes de surfear la nieve: está únicamente indicado a esquiadores avanzados, con buena técnica, y enganchados a la adrenalina.
Así que si estáis planificando vuestro destino en los Pirineos buscando emociones fuertes, no os podéis perder esta lista con las mejores pistas negras de esquí de Aragón.
Si eres un habitual de las pistas de esquí de Formigal-Panticosa, sabrás que en este último sector hay una parte que se ha convertido en todo un símbolo de la estación. Hablamos de la bandera de Aragón que vemos ondeando desde el punto más alto del Cerro Cuartale.
Allí es donde nos encontramos una de las mejores panorámicas del precioso Valle de Tena y desde donde podemos apreciar algunos picos míticos de más de tres mil metros de altura. Si hace buen día, podemos divisar hasta el Moncayo.
Pues bien, desde allá a lo alto, desde los 2.200 metros de altitud donde se encuentra la bandera de Aragón, podemos descender hasta el núcleo urbano de Panticosa. Eso significa 1.100 metros de desnivel, todo un reto para cualquier esquiador.
El origen de la pista es curioso: en enero de 2013 se registraron rachas de más de 100 kilómetros por hora y, ante la imposibilidad de bajar en telecabina por la meteorología, se produjo un atasco en la zona. Así que se hizo una pista de evacuación… que acabó teniendo tan buena acogida que se convirtió en la pista Estrimal, que va enlazando con pistas de diferentes dificultades de la estación.
Esta pista del sector de Formigal cuenta con diferentes posibilidades de descenso: hacerlo por la parte de detrás y hacia la zona de bajada antigua y en dirección hacia las pistas de la Tosquera y el Bosque; tirar por la cara central de la estación para hacerla más sencilla; o unirla con la pista Descenso hasta el área de Sextas, en busca de algo más de adrenalina y diversión.
3. El Tubo de la Zapatilla (Candachú)
Se trata de uno de los descensos más emblemáticos de la estación de esquí de Candanchú, y probablemente de todas las estaciones de esquí de España. No es para menos: muchos lo consideran uno de los fuera pistas más extremos de todo el mundo.
Aquí encontraremos un descenso solo apto para veteranos y con mucha práctica a sus espaldas: arranca con un embudo que presenta una espectacular inclinación del 97%; una vez pasamos de este punto, el tubo se abre y sigue bajando a lo largo de 1.237 metros de longitud y superando 380 metros de desnivel. La pendiente media de la pista El Tubo de la Zapatilla es del 65%.
En esta pista negra de Cerler, la estación de esquí del Valle de Benasque, tendremos que demostrar nuestra técnica desde el primer metro del descenso. De hecho, muchos se lo piensan más de una vez en cuanto ven la primera pala.
Son un total de 2,5 kilómetros de descenso y supera nada menos que 700 metros de desnivel. Se llega con el telesilla Gallinero, en el sector Ampriu. Son unos 15 minutos de descenso muy disfrutones para los amantes de las emociones fuertes y para los que no tienen vértigo. Solo para esquiadores expertos.
Aquí es donde se celebra una de las competiciones más extremas del Pirineo aragonés: la ‘Quebrantahuesos DH’. Se trata de un descenso con una pendiente media del 42% y que llega hasta el 77%, con 337 metros de longitud y 132 metros de desnivel.