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Si nos haces esa pregunta, te responderemos: ¡en cualquier momento de la temporada de esquí! Y es que los apasionados de este deporte blanco intentamos exprimir los días y los fines de semana al máximo, porque sabemos que la temporada es corta, demasiado para nuestro gusto.
No obstante, sí que es cierto que hay momentos de la temporada de esquí que pueden resultar óptimos por la calidad y la cantidad de la nieve. De todas formas, las mejores estaciones de esquí cuentan en la actualidad con buenas infraestructuras de cañones de nieve que la fabrican de forma artificial y permiten que un buen número de pistas sigan abiertas para el disfrute de los visitantes, aunque las condiciones meteorológicas no hayan sido las mejores.
En cualquier caso, si eres de los que selecciona unas pocas fechas para ir a esquiar, vamos a concretar cómo se distribuye la temporada. Elegir un día u otro puede hacer que varíe mucho la nieve que te encontrarás o las masificaciones a pie de pista. La temporada acostumbra a arrancar a finales de noviembre y diciembre y se prolonga hasta mediados de abril, aproximadamente.
Si has estado cotilleando un poco los precios de los paquetes de alojamiento más forfait, seguramente te habrás dado cuenta de que hay diferentes tarifas en función de si es temporada alta o baja. ¿También existen estos segmentos, aun teniendo tan pocas semanas al año para ir a esquiar? Lo cierto es que sí.
La temporada alta suele comprender las fiestas del Puente de la Constitución, la Navidad y Semana Santa en España. Sin embargo, estas fechas pueden cambiar si te vas a estaciones de esquí en otros países, como las del Pirineo Francés o los Alpes. De manera general, el mes de febrero -cuando se realizan muchos viajes a la nieve- suele ser temporada alta.
Por otro lado, la temporada baja suele comprender las fechas no indicadas anteriormente. Es el mejor momento para encontrar gangas y para divertirte en unas estaciones menos masificadas. Conforme se va acercando la primavera, las condiciones van cambiando… no siempre para peor: hay muchos amantes del esquí de primavera porque al inicio de la estación suele haber buenas cantidades de nieve y hay más probabilidad de tener días soleados.
Si te dan igual las masificaciones y lo que te interesa son las condiciones de la nieve, debes saber que aunque llegamos al mes de noviembre con muchas ganas de esquiar y con mucha ilusión ante las primeras nevadas, estas no suelen ser lo suficientemente consistentes como para permitir una buena práctica del esquí.
En diciembre ya suelen llegar las primeras nevadas copiosas, se comienza a asentar, y es lo que suele marcar el pistoletazo de salida de la temporada. No obstante, todavía suele ser pronto para que estén abiertas todas las pistas de esquí.
Enero es un buen momento para ir a esquiar, aunque el gran inconveniente suele ser el frío intenso que suele hacer este mes. Después llega febrero, el mes de esquí por excelencia, cuando muchos aprovechan las “semanas blancas” para ir a la nieve. Los días comienzan a alargar.
Todavía podemos seguir aprovechando la temporada de esquí durante el mes de marzo, cuando se acostumbran a producir las nieves de primavera, y ya en abril, comienza el deshielo pero todavía se puede esquiar en las partes más altas.
En verano, solo podremos ir a esquiar sobre algunos de los glaciares que nos ofrecen, por ejemplo, los Alpes. Si no nos es posible, tocará esperar hasta noviembre y el reinicio del ciclo.
¡Por eso decíamos al principio que hay que aprovechar al máximo la temporada!
