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Andorra es un pequeño país enclavado en medio de los Pirineos con apenas 468 kilómetros cuadrados de extensión que, sin embargo, ofrece muchas posibilidades para pasar las vacaciones y desconectar del día a día. Es un destino ideal para montañeros experimentados, pero también para familias que quieren acercarse con los peques a la naturaleza.
La cordillera de los Pirineos es mucho más que “tres miles” y aventuras para alpinistas veteranos; también cuenta con muchas rutas suaves que permiten disfrutar de paisajes espectaculares y apreciar de cerca su flora y fauna a personas con menos experiencia en la montaña y para compartirlo con niños y niñas que empiezan a dar sus primeros pasos.
Hay paseos en Andorra con los que podremos sorprendernos por las vistas sin hacer demasiados kilómetros y sin apenas desnivel. Aquí te hemos preparado una lista con aquellas rutas que vale la pena recorrer con peques en tu escapada a Andorra y con un denominador común: todas tienen lagos. Así que preparad la mochila y poneos en marcha.
Es uno de los recorridos más populares y bonitos para visitar lagos en Andorra (que allí se llaman “estanys”). Sin duda, de las más recomendables. En su variante más corta, es de dificultad fácil, son 4,39 kilómetros y tiene un desnivel de 210 metros. Sale de la misma estación de esquí de Ordino Arcalís, concretamente del restaurante La Borda de la Coma; desde allí se sube por la Coma del Forat y se sigue por un puente de madera que llega al Lago Primer, continúa hasta el Lago de Más Arriba y después rodea el Lago del Medio, hasta llegar al cruce de camino del Lago Crussans. Desde aquí volveremos al inicio.
Es una ruta suave con una gran recompensa (¡veréis hasta cuatro lagos!) que empieza con una subida de unos 20 minutos. Para un niño no será fácil, ya que tendrá que hacer algo de esfuerzo, pero seguro que los paisajes que ve tras el ascenso se lo compensan con creces. En total, el recorrido lo puede hacer una familia en aproximadamente dos horas. Si el peque tiene menos de 3 años, tendréis que llevarlo en una mochila de porteo (al menos la subida).
Se trata de un recorrido cercano a la estación de esquí de Grandvalira en Andorra. Aquí se recomienda que los niños ya tengan una edad y estén acostumbrados a caminar o a practicar algo de deporte, ya que se supera un desnivel de 500 metros y es una circular de unas tres horas. Comenzaremos en el aparcamiento del Cubil en el sector de esquí de Grau Roig; desde aquí nos dirigiremos hasta el restaurante dels Pessons (podemos llegar hasta allí en autobús en verano), donde podremos divisar ya el primer lago.
Para llegar al resto de “estanys”, seguiremos las marcas blancas y rojas que señalizan el GR7. Pasará por los lagos Forcat, Rodó, Meligar y de les Fonts, hasta llegar al del Cap de Pessons. Volveremos por la solana, viendo más balsas y lagos, hasta alcanzar, de nuevo, el primero de Pessons. Es un camino en el que podréis observar, si tenéis suerte, animales como marmotas, gamuzas, buitres o quebrantahuesos. Toda una aventura para los peques.
Aquí tenemos otra ruta muy sencilla para hacer en familia, una de las más populares y que cuenta con bastante afluencia de público en verano y en días soleados. Es de dificultad baja, de 2 kilómetros en sentido lineal y tiene un desnivel de 360 metros; el camino se hace en aproximadamente dos horas a paso tranquilo.
Comenzamos en el aparcamiento de la Mola, en Encamp -el municipio desde donde se accede a la estación de esquí de Grandvalira a través del Funicamp-. Tendremos que seguir los letreros que envían al “Camí del Riu Blanc”. Empezaremos el recorrido con una subida por escaleras pronunciadas con las que ya nos quitaremos unos cuantos metros de desnivel; seguiremos hasta llegar a la fuente del Riu Blanc, y desde aquí, seguiremos las inscripciones hacia el “Camí d’Engolasters”. Continuamos en ascenso hasta la borda del Cresper, donde apreciaremos una construcción típica andorra. Ahí estamos a pocos pasos ya del lago de Engolasters. Un buen lugar para comer algo, jugar, reponer fuerzas y dejarnos embaucar por el espectacular paisaje que se abre ante nosotros.
En Pas de la Casa, sector de la estación de esquí de Grandvalira Andorra, encontramos otra bonita ruta para ver lagos pirenaicos. Se trata de un recorrido de dificultad baja o media, en función de hasta donde lleguemos: hasta el lago, son apenas 180 metros de desnivel; si seguimos hasta la cumbre de Envalira, tendremos que subir 515 metros. En total, la ruta se puede hacer en una hora si vamos al “estany”, o en dos horas y media si subimos hasta el pico.
Partiremos desde el aparcamiento de Costa Rodona de Pas de la Casa – Grandvalira. Seguiremos por una pista de montaña hasta el lago de les Abelletes, donde a menudo se pueden ver pescadores buscando truchas. Aquí las familias que vayan con hijos más pequeños o menos en forma, ya pueden quedarse a tomar un tentempié y relajarse; quienes busquen un extra de aventura, podrán continuar por el Coll dels Isards para concluir en el emblemático pico d’Envalira, que está a 2.815 metros de altitud.
Lo que deberemos llevar en la mochila cambiará mucho en función de si hacemos la caminata en nuestro viaje a esquiar, es decir, en invierno, o si vamos en verano. En cualquier caso, nunca debemos olvidar llevar una cantidad de agua adecuada para el número de miembros que vamos a hacer la ruta (un litro por persona es más que suficiente… pero habrá que llevar más si pensamos alargar la jornada con un picnic, si hace mucho calor, etc.).
También hay que echar a la mochila protectores solares y protectores labiales (sí, también en invierno si hace sol), así como gorra para evitar insolaciones; impermeable y algo de ropa extra de abrigo, especialmente si pensamos hacer paradas largas (como, por ejemplo, para comer), también en verano, porque recuerda que estás en alta montaña y que el tiempo puede cambiar repentinamente. No está de más llevar alguna camiseta interior para cambiárnosla si la sudamos mucho, para no enfriarnos.
Y algo que nunca está de más es un pequeño neceser o botiquín con algún material higiénico y curativo básico de primeros auxilios, como agua oxigenada, compresas, esparadrapo, tiritas… Aunque sean rutas sencillas, no viene mal ser previsores cuando salimos con niños que, correteando y jugando, pueden caerse y hacerse alguna herida.
Si hacéis alguna de estas rutas en invierno, como complemento a la escapada a esquiar a Andorra, debéis tener en cuenta dos cosas importantes: primero, que anochece temprano, por lo que hay que calcular bien el tiempo de salida y de las paradas; segundo, que los caminos pueden tener nieve y hielo, por lo que hay que ir preparados con ropa y calzado adecuado para evitar resbalones, especialmente en zonas más expuestas como escalones. Puede ser un buen momento para hacer una bonita ruta con raquetas.