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¿Sabías que también puedes esquiar en verano? Y no, no nos referimos a las estaciones de esquí que abren en verano, como es el caso de algunas de los Alpes. Vamos a hablar de un deporte parecido, pero al mismo tiempo muy diferente a esquiar sobre la nieve: el esquí acuático o náutico, que es aquel que se desarrolla sobre el agua, y no sobre la nieve.
Así que hoy vamos a cambiar por completo de escenario. Bajamos de las alturas de las montañas y dejamos el frío invernal, la nieve y el hielo, para acercarnos a la cota cero, al mar, sea invierno o verano. ¿Te atreves a probar este deporte que también se practica sobre los esquís?
El esquí acuático se basa en deslizarse sobre uno o dos esquís sobre el agua, mientras nos arrastra una cuerda larga que tira una barca a motor. Como en la nieve, también podemos ir sobre una tabla: es lo que se llama “wakeboard”. Tan fácil como eso. ¿Te atreves a probarlo?
Para practicarlo, necesitaremos unos esquís especiales para el agua -no valen los del esquí alpino en la nieve- o una tabla, guantes, chaleco salvavidas y una vestimenta que se adecue al tiempo, ya que podemos ir de corto si es verano, pero también lo podemos practicar en invierno, para lo que necesitaremos neopreno. Lógicamente, necesitaremos una barca de arrastre con conductor para que tire de la cuerda, aunque también se puede hacer con un cable suspendido en el aire (el llamado “cable ski”).
Esta otra manera de esquiar se suele hacer en el mar, pero también en otros espacios con agua, como embalses y lagos (igual que el padel surf, por ejemplo). Y de la misma manera que el esquí sobre la nieve tiene distintas disciplinas, en el esquí náutico también: slalom, acrobacias y saltos, y también esquiar sin los esquís, directamente con los pies, entre otras. Hay hasta esquí acuático adaptado para personas con diversidad funcional.
El esquí acuático tiene hasta su federación (Federación Española de Esquí Náutico, FEEW) y sus campeonatos (como el Campeonato de España de Esquí Náutico). El ente que ampara este deporte en el mundo es la Federación Internacional de Esquí Acuático y Wakeboard (IWWF por sus siglas en inglés). Los Campeonatos Mundiales se celebran cada dos años y se dividen en tres zonas, por motivos logísticos: América del Norte y del Sur; Europa, Oriente Próximo y Medio y África; y Australia, Nueva Zelanda y Extremo Oriente.
Este deporte exige mucha concentración y esfuerzo físico y ayuda a aumentar la fuerza, especialmente en brazos y piernas, mejora los reflejos e incrementa el equilibrio. Entre las lesiones más comunes, se encuentran la luxación en hombros y pulgares, así como las contracturas y los latigazos cervicales y los dolores de rodilla.
El esquí náutico clásico cuenta con cuatro disciplinas que seguro que nos recuerdan mucho a otras similares que se practican en las estaciones de esquí en la montaña, sobre la nieve:
El esquiador arrastrado debe pasar por dentro de las puertas de la pista de slalom sobre el mar, que delimitan dos boyas, y después pasar por la parte exterior de las seis boyas que conforman el “campo”, hasta cruzar la puerta final. Si falla, acaba la prueba. La categoría del esquiador y la espectacularidad de esta disciplina depende de la velocidad a la que le arrastra la barca; a altas velocidades, la cuerda también se va acortando.
Pasamos de los esquís al esquí, en singular. Esta disciplina consiste en hacer el mayor número de figuras acrobáticas en un recorrido de 20 segundos de ida y otros 20 segundos de vuelta, sin repetir ninguna. Cinco jueces son los encargados de puntuar la calidad técnica de las figuras.
Aquí la barca se cambia por una lacha de gran potencia que tira del esquiador, que va sobre dos esquís más grandes por temas de aerodinámica. El deportista tiene que pasar por un pasillo de boyas y saltar por una rampa, que suele ser de cinco metros de longitud. Hay que caer a la mayor distancia posible.
Es la suma de los resultados obtenidos en las tres modalidades de antes (slalom, figuras y saltos). Es decir, que hay que ser un esquiador acuático muy experimentado para entrar en la combinada, porque requiere ser bueno en todas las disciplinas anteriormente mencionadas.
Por otro lado, también existe el “wakeboard”, que vendría a ser el equivalente al snowboard sobre la nieve: esta modalidad se practica sobre una tabla deslizadora sobre el agua, con fijaciones en los pies, como en el surf. Aquí el deportista hace piruetas aéreas con la ayuda de las olas.
Además, hay campeonatos de esquí acuático en los que se hacen carreras en las que los participantes recorren un circuito que suele ser triangular, con tres balizas, y que se hace en el sentido contrario a las agujas del reloj y donde los esquiadores pueden llegar a ser arrastrados a hasta ¡150 kilómetros por hora! Como te puedes imaginar, estas pruebas son muy espectaculares y físicamente muy exigentes.
Sabemos que el esquí en la montaña viene, en realidad, de una necesidad humana en las zonas con frío más extremo: era (y es) un medio de transporte sobre la nieve. ¿A quién se le ocurrió hacer lo mismo sobre el agua y por qué?
La historia oficial nos lleva al 28 de junio de 1922 a Lake City, en Minnesota (EEUU). Ese día, un chaval de 18 años, Ralph William Samuelson, se planteó algo tan sencillo como llevar el esquí en la nieve al agua. Probó su idea en el lago Pepin con la ayuda de su hermano. Fabricó sus propios esquís con dos tablas de un barril, que previamente había hervido para conseguir la curvatura de las puntas. También probó sobre esquís de nieve. Y acabó uniendo los esquís con tiras de cuero y utilizando una cortina larga como cuerda de arrastre.
Fue el mismo Ralph William Samuelson quien hizo también el primer salto de esquí acuático. Aprovechó una exhibición en el lago Pepin para “volar” utilizando una rampa que él mismo había creado. Lamentablemente, el joven tuvo que dejar de practicar el esquí acuático que había inventado por un accidente laboral, pero lo dejó como herencia para la historia del deporte mundial. Fue en 1946 cuando se creó la Unión Mundial de Esquí Acuático, para recopilar y codificar todos los conocimientos existentes de este nuevo deporte, cuyos primeros campeonatos mundiales se celebraron en 1949 en la ciudad francesa de Juan-les-Pins.
¿Cuáles son los mejores sitios para practicar esquí acuático?
El esquí acuático es un deporte relativamente desconocido en España. Quizás el lugar donde goza de más popularidad sean las islas Canarias; pero lo cierto es que se imparten clases para aprender a manejarse con los esquís en el agua en diferentes lugares. ¡También en comunidades de interior como Madrid! Igualmente, podemos contratar paquetes para esquiar en el agua en el mar Mediterráneo, en la costa valenciana, en la catalana o en las Islas Baleares, en el mar Cantábrico y en el océano Atlántico.
No te preocupes si nunca has practicado el esquí acuático, porque hay clases para empezar desde cero y también para lograr conocimientos avanzados. Los instructores controlan la dificultad de las sesiones de dos formas: con la velocidad del barco o lancha (a más rapidez, más complicación) y con el tipo de giros que hace (más bruscos y cerrados, para darle más emoción).