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Si vas a esquiar a la estación de Baqueira-Beret, aquí tienes una visita obligatoria para el 'après-ski'. Una de las peculiaridades de Vielha es la lengua que se habla y en la que están escritos -junto al castellano y catalán- la cartelería de la zona: el aranés, que es una variante del occitano, la lengua romance de Europa.
Una curiosidad: ¿Sabías que hasta que no se inauguró la primera carretera hacia Vielha, en 1924, la única manera de llegar era a pie o en mula? Con el tiempo se fueron mejorando las conexiones hasta llegar al famoso Túnel de Vielha -muy conocido por lo caro que es su peaje-, que en su día, en 1948, fue el más largo del mundo. Este aislamiento ha conferido un carácter y una identidad propia a los habitantes del valle, que se nota en todo: desde su arquitectura hasta su gastronomía.
El pueblo de Vielha no es muy grande, pero eso no quiere decir que esté muerto. Nada más lejos de la realidad. Tiene mucha animación, planes para el après-ski, bares donde alargar la noche y mucha oferta de alojamiento. Estas son nuestras propuestas de actividades en Vielha:
Es de cajón, pero es que no os lo podéis perder. Si vais a Vielha, tenéis que daros un paseo por el casco antiguo y visitar la iglesia de San Miguel, de estilo gótico y con un espectacular campanario fortificado. Tampoco dejéis de caminar por los márgenes del río Nere y cruzar su puente (caerá alguna foto, seguro), que divide el pueblo en dos y le aporta un frescor pirenaico que se agradece mucho en verano (¡en invierno quizás no tanto!). Además de los edificios más emblemáticos, nos podremos deleitar con las fachadas de piedra vista típicas de la arquitectura aranesa, así como los tejados de pizarra y las puertas y ventanas de madera que le dan un toque muy pintoresco y rústico. Por supuesto, también hay tiempo para el ocio: acércate a tomar algo al Passeig dera Llibertat o haz tus compras en la avenida Castiero, donde hay muchas tiendas con material deportivo en las que puedes encontrar alguna buena ganga.
Es, al mismo tiempo, centro de interpretación de la zona. En este espacio conoceréis a fondo el entorno y muchas de las curiosidades que aguarda el valle: cómo se vivía antiguamente en los pueblos de los alrededores, fotos antiguas, objetos típicos que se siguen empleando o que han caído en desuso... un lugar recomendado para los más curiosos y amantes de la historia y de la etnografía.
Pese a lo pequeño que es el pueblo de Vielha, tiene otro museo: ese dedicado a una parte muy importante de la historia del valle, como es la lana de los animales que pastaban (y pastan) por sus verdes campas. Aquí tuvo una relevancia especial la Revolución Industrial, cuando adquirió mucho protagonismo la fábrica de lana y le dio mucha riqueza a las gentes de Vielha y del resto de pueblos del valle. Aunque sin duda, la gran artífice de ello fue la máquina tejedora Müller Jenny, que está expuesto en el centro y que funcionaba gracias a la energía procedente del río Nere.
Si eres un amante de la historia y de la arquitectura, no os podéis perder este plan, que llenará todas vuestras horas de 'après-ski'. Y es que muchos pueblos del Valle de Arán conservan muy bien iglesias de los siglos XII y XIII. Son auténticas joyas visitables, tanto por su fachada como por lo que albergan dentro, sus pinturas y retablos; además, os llevarán a visitar los pueblos del valle. Si vais a la Oficina de Información Turística os darán toda la información y la guía para no perderos ninguna de las 15 más representativas que hay. Estas son algunas: Santa Maria de Arties, Sant Miquèu de Vielha, Era Mair de Diu dera Purificacion, Sant Andrèu de Salardú y Santa Eulàlia de Unha.
¿Os habéis quedado con ganas de hacer deporte pese a llevar todo el día en las pistas de esquí? Para los que tienen cuerda para rato tienen la opción de divertirse en el Palacio de Hielo, la instalación deportiva más grande del valle con piscina, pistas de pádel, rocódromo de 70 metros cuadrados y una gran pista de hielo de 1.456 metros cuadrados con cafetería y en la que se celebran muchos eventos, como competiciones de curling, hockey, patinaje artístico o ballet sobre hielo. También hay una parte de gimnasio con espalderas, elípticas, bicicletas, remos, máquinas y mucho más y donde podéis practicar spinning, aerobic o yoga.
Un viaje a pueblos de montaña no sería lo mismo sin probar los deliciosos platos de la zona. Las recetas típicas son muy calóricas, algo necesario para aguantar el frío invernal, con mucha consistencia y carne de caza. Así que la cocina aranesa está repleta de platos como sopas y estofados con carne de oveja, de ternera, de trucha y setas, así como coles rellenas de carne, menudillos de cordero (“l'hereginat”) o un potente plato con sangre de cerdo, panceta, ajo y perejil (“sanganhèta”); del cercano territorio francés entran ingredientes como le pato, los civets o el paté. En Vielha hay restaurantes que hacen una mezcla perfecta entre tradición y modernidad, apunta los siguientes: Era Coquela, Eth Bistro, Woolloomooloo o Era Lucana.
Otra propuesta ideal para descansar tras una larga jornada en las pistas de esquí y desconectar de la rutina y de las preocupaciones es visitar este balneario, nuevo y muy moderno. En sus instalaciones hay piscina climatizada, jacuzzi inox con tumbonas, sauna, baño de vapor, pileta de agua fría, pediluvio, pared de hielo, ducha de cubo, ducha secuencial, ducha nebulizante, tumbonas calefactadas y un gran Flotarium. Para los que buscan algo más especializado, se ofrecen circuitos de agua y una extensa carta de masajes y tratamientos corporales específicos. Por otro lado, en Vielha hay un Parador que también cuenta con balneario en sus instalaciones, con circuitos y tratamientos.
Si todo esto te sabe a poco, aún puedes explorar el resto de pueblos que hay en el valle. Uno que no te puedes perder es Les, donde sentiréis que volvéis a la época medieval; Bossost, con una fantástica arquitectura típica del románico aranés y rodeado por el río Garona, a 20 kilómetros de la capital; o Bausen, un pueblo con un aroma a magia, a hadas y a seres mágicos que os encantará, especialmente si le añadís una visita al Bosque de Carlac y a su encantador hayedo.