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La estación de esquí de La Molina, en el Pirineo Catalán, tiene una nuevo recorrido balizado: la pista Barcelona. Aunque los más veteranos del lugar pensarán que de "nueva" tiene poco; y es que se trata de una pista mítica y muy exigente que nació allá por 1954, cuando el complejo invernal inició su expansión hacia la montaña de Tosa con la instalación del Telecabina Puig d'Alp.
Una pista negra legendaria para los esquiadores más pros que, durante medio siglo, ha funcionado como camino para volver del Refugio del Niu de l'Àliga, a 2.537 metros de altitud, a la base de la estación, en la cota 1.660, a través de la pista Volta Muntanya Sagrada. Ahora se recupera este histórico trazado con algunas novedades. Te las contamos al detalle.
Han pasado 68 años desde la primera inauguración de la pista Barcelona de La Molina. ¿Por qué se llama así? No tiene mucho misterio: el nombre se le dio porque, en los años cincuenta se estaba disputando aquí una Copa de esquí que fue bautizada como la capital catalana. Hoy, recuperada, presume de ser la pista negra de esquí más larga de España y de los Pirineos. ¡Casi nada! Son 4,75 kilómetros con un desnivel de 859 metros, con pendiente máxima de vértigo, del 66%. Nace en La Tosa y discurre en paralelo a la Comabella, siguiendo hasta la pista roja Olímpica.
El impacto ambiental de la "nueva" pista es bajo, ya que existía previamente; para acondicionarla, se han realizado trabajos diversos como la instalación de 73 máquinas de producción de nieve artificial para garantizarla, la colocación de anclajes para biombos y máquinas, la preparación de la pista para la competición y se han incorporado elementos protectores y otras medidas de seguridad.
Las obras que se han realizado para adecuar la pista Barcelona de La Molina han tenido lugar en tres zonas: una tramo superior, entre los 2.490 y los 1.985 metros, un área con apenas vegetación y en la que se han extraído grandes rocas; un tramo intermedio, entre los 1.975 y los 1.755 metros, en el que las máquinas han perfilado el suelo de la pista y se han retirado algunos árboles para eliminar obstáculos, además de movimientos de tierras para que la pista tuviera 70 metros de ancho y canalización de aguas; y un tramo inferior, que ya estaba preparado desde que se acondicionara en 2010.
La pista Barcelona de La Molina vuelve a la acción con un objetivo claro: que la Federación Internacional de Esquí (FIS) la homologue para organizar pruebas de velocidad para albergar pruebas de Copa de Europa y para postularse para acoger pruebas de la Copa del Mundo e, incluso, de los Juegos Olímpicos.
La Molina no es una novata en el mundo de las competiciones internacionales. Ya ha acogido, por ejemplo, la Copa del Mundo de Slalom en 2008 o unos Mundiales de Snowboard en 2011. También será el escenario de los Mundiales de Parasnowboard que se celebrarán del 9 al 18 de marzo de 2023. No obstante, a la estación le faltaba un escenario para poder organizar pruebas de las disciplinas de velocidad de esquí alpino. Así que se trata de una pista pensada para ser un referente de velocidad en las competiciones, sin olvidar que también está abierta para el esquí de ocio.
Si te parece poco la excusa de que La Molina ha abierto la pista negra más larga de España y de toda la cordillera de los Pirineos, te vamos a acabar de convencer para visitarla. Después de las últimas novedades, la estación de esquí ofrece 71 kilómetros con 66 pistas muy equilibradas para todo tipo de esquiadores: 20 verdes, 18 azules, 22 rojas y 6 negras. Hay muchas cosas que nos gustan de La Molina, una de las estaciones de esquí más antiguas de la península:
Además de la nueva pista negra Barcelona, no debéis perderos otros referentes como Els Coms, una histórica de la estación, que acaba rodeada de pino negro; o Els Cingles, una de las más complicadas, con orientación norte y para los amantes de la nieve virgen, ya que no se pisa.
Que sea apropiada para esquiadores expertos no quita que también sea un paraíso para debutantes y para familias: tiene pistas verdes ideales para iniciarse, como Pista Llarga, Trampolí y Bosquet, así como servicios ideales para los que viajan con peques, con parque infantil (para niños a partir de 6 meses) y parque de nieve (para niños a partir de 4 años, con zona exclusiva, delimitada y vallada de la Escuela de Esquí de La Molina).
Podemos dormir en un fantástico entorno de montaña y casi con los esquís puestos en albergues, chalets-refugios, apartamentos y hoteles de hasta cinco estrellas.
Si tomamos el telecabina Cadí-Moixeró, que hace un trayecto de tres kilómetros en 20 minutos, podremos disfrutar del dominio Alp 2500, el más grande de los Pirineos. Une las estaciones de esquí de La Molina y Masella, sumando 145 kilómetros con 131 pistas. Una gran diversidad de paisajes y mucha diversión para una larga escapada a la nieve.
La estación de La Molina está en la sierra del Cadí, muy próxima a dos capitales catalanas: a 160 kilómetros de Barcelona y a 140 kilómetros de Girona; son 1 hora y 45 y 2 horas en coche respectivamente. Si bien es cierto que el vehículo privado nos brinda mucha flexibilidad a la hora de viajar, a las pistas de La Molina también podemos ir en transporte público y así ganar en comodidad: el llamado "Skitren" incluye el billete en Cercanías (línea R3) hasta el municipio de Alp, desde donde se puede coger un autobús hasta la estación.
Ir a La Molina es mucho más que esquiar. Dentro de la estación de esquí ya tenemos otras propuestas con las que vivir experiencias diferentes, como hacer un recorrido en el parque de aventuras entre árboles, dar un paseo en tándem, hacer excursiones a bordo de un Segway, explorar la montaña nevada con raquetas de nieve, subirte a una máquina pisanieves para disfrutar del paisaje y de las pistas desde otra perspectiva, probar el tubbing o recorrer el circuito de SnowKarts de Font Canaleta, con vehículos especialmente preparados para conducir en la nieve.
También hay planes para tomar algo, como la zona Chill Out en Costa Rasa (con reserva previa, se sirven cenas con platos típicos de la zona con posterior descenso nocturno esquiando por Volta Muntanya Sagrada) y los bares del núcleo 1700. Para los que buscan fiesta por la noche, deberán acercarse a pueblos como Puigcerdá o cruzar la frontera con Francia, muy próxima, y darlo todo en Bourg Madame. Ah, y en la misma estación de esquí podemos pasar un rato divertido en la bolera, una buena opción para descansar de las pistas o para esos momentos en los que el tiempo cambia repentinamente y esquiar no apetece tanto.
