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¿Te quieres iniciar en el mundo de la nieve? ¿Estás dudando en si aprender snowboard o pegarle al esquí? ¿O eres un veterano palillero que quiere empezar a darle a la tabla? Sea cual sea tu situación, siempre hay un momento para dar los primeros pasos.
Hay que decir que, después de leer este artículo, no sabrás practicar snowboard; como tampoco serás un crack de la escalada después de consultar una guía de iniciación. Pero sí tendrás una base sobre la que avanzar en tus conocimientos y, sobre todo, sobre la que tendrás que meterle muchas horas de práctica, perseverancia y ganas. Te aseguramos que aprender snowboard es de lo más divertido y, además, se practica en un escenario de lujo: en medio de montañas nevadas.
Una pregunta típica de todo novato que se quiere adentrar en el mundo de los deportes invernales e ir a una estación de esquí es: ¿Es más fácil practicar esquí o hacer snowboard? Lo cierto es que, de buenas a primeras, suele ser más sencillo empezar a esquiar. No tiene ningún misterio: es más fácil mantenerse en equilibrio sobre unos esquís, sobre los que tendremos una posición más “natural” del cuerpo, que sobre una tabla.
Ahora bien, pasado ese primer trance de movernos sobre esquís o sobre una tabla encima de la nieve, la realidad es que es más fácil aprender y avanzar en el snow que en el esquí. ¿El motivo? Cuesta más coordinar dos extensiones de piernas por separado, que una sola (ya que ambas están unidas en la tabla). Así que, si empezáis al mismo tiempo un grupo de colegas a esquiar y a hacer snow, los palilleros empezarán a moverse antes, pero los “surfers” seguramente les adelantarán en destreza pronto.
Aquí te dejamos algunos consejos que te serán útiles si has decidido aprender snowboard y convertirte en un auténtico surfero en las pistas de esquí.
Imaginamos que ya no estás a tiempo de convertirte en un medallista olímpico de snowboard (aunque tampoco queremos quitarte la ilusión, si la tienes), así que relájate y disfruta. No tengas prisa por aprender ni por llegar a ningún sitio. Como suele decirse, lo importante es el camino, así que no te desesperes con cada caída, ríete de ellas y sigue adelante.
Esto es importante, ya que en la tabla se colocan unas fijaciones. Las personas diestras llevarán la pierna izquierda detrás, que es la que suele ser más fuerte y hace de “timón” de la tabla; la zurdas lo harán al revés. Un truco para saber si eres diestro o zurdo sobre la tabla es que alguien te empuje por detrás, teniendo los pies alineados con las rodillas; el pie con el que te avances delatará qué eres. En todo caso, puedes probar de ambas maneras y ver con cuál te apañas mejor.
Si es la primera vez que practicas snowboard, lo más aconsejable es que alquiles una tabla. Así podrás empezar rompiendo mano –o pierna, mejor dicho- sin dejarte mucho dinero y viendo qué buscas en una tabla, si te encaja el deporte, etc. En todo caso, como una aproximación inicial, debes saber que existen tablas tipo “camber”, que proporcionan más velocidad y estabilidad, y las tablas tipo “rocker”, que tienen una curvatura invertida y ofrecen más versatilidad, ideales para practicar piruetas.
La ropa que debes llevar para practicar snowboard es muy parecida a la del esquí y normalmente se diferencia más en el estilo y la moda que en otra cosa. Debe cumplir dos funciones básicas: retener el calor y protegerte del viento, de la lluvia y de la nieve. Lo mejor es seguir la teoría de las “tres capas”: una primera térmica, una segunda de abrigo y aislamiento y una tercera de protección del exterior que sea lo más transpirable posible.
Si no tienes ni idea, lo más aconsejable es hacerlo en una estación de esquí. Todas tienen pistas verdes, sencillas, anchas y sin apenas pendiente en las que podrás caerte todas las veces que haga falta de forma segura. Otro motivo fundamental no hace recomendarte que vayas a una estación de esquí: todas ofrecen clases y cursos especializados en los que podrás aprender snowboard de la mano de profesionales, que te guiarán y ayudarán en el proceso.
Al margen de la evidencia de que lo haremos cuando haya nieve, procura elegir un día en el que las condiciones no sean extremas: que no haga muchísimo frío ni un viento que tire para atrás. ¡No hace falta complicar los inicios gratuitamente! Y esto es especialmente importante en el caso de que los que aprendan sean niños y niñas.
Aunque el texto no nos ayudará a aprender a practicar snowboard, sí nos puede servir para familiarizarnos con lo que nos encontraremos en las pistas y en las clases. Estas son algunas lecciones básicas que debes saber:
Es la que debes tener cuando estés subido a la tabla, como si fueras un atleta a punto de comenzar una carrera: con las piernas semiflexionadas. Lo que dirigirá el cuerpo serán los hombros, mientras que la mano delantera gobernará durante la acción.
Porque te caerás, seguro, así que debes saber hacerlo para hacerte el menor daño posible. El primer paso para conseguirlo es no poner nunca pongas las manos para evitar el golpe, a no ser que quieras romperte las muñecas; al contrario, coloca tus manos cerca del cuerpo y, si es posible, cruzadas sobre el pecho (como cuando nos tiramos en la piscina tipo “bomba”).
Quiere decir quitarte la tabla cuando te quedes parado en una zona plana o te desplaces hacia un telesilla. Para ello, tendrás que retirar el pie trasero de las fijaciones y patinar por la nieve, dando la sensación de que “pateas” como un animal. Es muy importante fijarse en la dirección en la que te vayas a desplazar; esto parece una tontería, pero a la hora de la verdad, la mayoría de los debutantes miran hacia el suelo, perdiendo lo que tenemos enfrente del campo visual y forzando posturas del cuerpo que no son aconsejables (procura mantener la espalda recta).
Controlar la velocidad es un aspecto fundamental tanto sobre los esquís como sobre la tabla, porque es lo que nos dará confianza para seguir avanzando y perderle el miedo al deporte (si lo tenemos). Lo aprenderás sobre el terreno, pero para que vayas con parte de los deberes hechos, te contaremos que para frenar en el snowboard hay que presionar de manera firme el canto trasero de la tabla –lo que se conoce como “frenar en heelside”- o el canto delantero –o “frenar en toeside”-; en ambos casos, tendremos que rotar la parte superior del cuerpo, con decisión. De esta manera, la tabla derrapará y conseguiremos una frenada brusca. Para reducir la velocidad simplemente, sin llegar a frenar, tendremos que aplicar más presión sobre los talones, algo que conseguiremos flexionando el cuerpo (ojo, ¡no es lo mismo flexionar que inclinar!).