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Esquí de travesía: las claves de un deporte en plena naturaleza

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Esqui.com

Esquí de travesía: las claves de un deporte en plena naturaleza

Las estaciones de esquí ofrecen kilómetros y kilómetros de pistas balizadas en las que sentir la velocidad y la adrenalina en nuestras carnes. Todo con el menor esfuerzo, ya que los remontes nos ayudan a subir a los puntos altos para después hacer los descensos. Pero de vez en cuando, pica la curiosidad por esquiar en terrenos vírgenes y salvajes, lejos de los telesillas y de las construcciones. Surfear la nieve por lugares por los que no pasan miles de personas. Hablamos del esquí de travesía, esquí de montaña o skimo.


Si estás empezando a esquiar, olvídate del esquí de travesía. Primero deberías aprender a manejar los esquís en una estación controlada y, a ser posible, recibiendo clases de profesionales cualificados. Cuando las pistas rojas y negras ya comiencen a formar parte de tu día a día en las escapadas a la nieve, es momento, si quieres, de probar qué se siente al sumergirte en la nieve polvo que hay fuera de los trazados marcados.


Te explicamos en qué consiste el esquí de travesía, qué material necesitas para practicar esta modalidad y los mejores lugares para explorar esta disciplina. ¿Nos acompañas en esta aventura?





Historia del esquí de travesía


El esquí de travesía simula el origen del esquí, ya que implica un movimiento de desplazamiento por zonas de nieve virgen, como antaño hacían las personas de los pueblos nórdicos para transportarse.


Realmente como deporte, como esquí de montaña, su origen se remonta a principios del siglo XX. Entonces, las colosales montañas de los Alpes eran un auténtico reto alpinístico en verano, pero la crudeza del invierno y las grandes cantidades de nieve que cubrían el paisaje suponía el fin de la actividad humana. El esquí de travesía vino a “abrir” la montaña también en los meses más fríos desde el punto de vista deportivo.


Con los años, ha pasado a ser una forma de practicar esquí muy popular, hasta el punto en que el año 2019 se convirtió en una disciplina olímpica reconocida con un circuito internacional reglado por la International Ski Mountaineering Federation (ISMF).



¿En qué consiste el esquí de travesía?


Si has llegado hasta aquí y sigues sin tener muy claro de qué va eso del esquí de travesía, te lo sintetizaremos para que lo entiendas fácilmente: es como hacer trekking sobre la nieve, es decir, subir una montaña caminando sobre los esquís, aprovechando su deslizamiento, para posteriormente bajarla esquiando, como ya sabemos.


Y aquí llega la pregunta del millón: los esquís, que están pensados para bajar, ¿cómo funcionan en subida? Para hacer esquí de montaña no nos sirven, tal cual, los esquís que utilizamos en pistas. A las palas se les ponen unas pieles de foca que se adhieren en la parte de abajo y que evitan el deslizamiento, para que podamos avanzar como si estuviéramos caminando sobre la nieve. Cuando logramos nuestro objetivo de altura, ya sea una cima o un collado, se quitan esas pieles y se desciende esquiando.


Insistimos en que no es una práctica adecuada para los esquiadores que están empezando ni para los que sufran cuando no lo tienen todo bajo control. El esquí de travesía requiere un nivel medio-alto de esquí, pero también exige otras características a los esquiadores.


Por ejemplo, que tengan la autonomía de decidir a dónde quieren llegar y por dónde bajar, lo que implica saber identificar el estado de la nieve, del terreno, la meteo, etc. No obstante, esta responsabilidad se puede eludir contratando un guía de esquí de montaña. Piensa que en un mismo recorrido de esquí de travesía, al no estar la nieve tratada ni gestionada por una estación, te la puedes encontrar con diferentes características: dura, con hielo, en polvo, etc.


En el material que hay que llevar para practicar esquí de travesía, es importante añadir la tríada conformada por arva, pala y sonda. Además de cargar con este material, hay que saber utilizarlo. Y es que, si te encuentras en una situación en la que necesites tirar mano de ellos, no será momento de hacer prácticas.



¿Cómo son los esquís de travesía?


Los esquís son un mundo, y en el esquí de travesía también. Al tratarse de una disciplina en la que tenemos que subir la montaña por nuestros propios medios y sin la ayuda de remontes, lógicamente tendrán que ser tablas más ligeras que las que usamos en las pistas. Al mismo tiempo, se les exige un rendimiento adecuado para las bajadas por nieve virgen.


A grandes rasgos, podemos decir que los esquís de travesía se diferencian en base a los siguientes aspectos:


Compatibilidad con el equipo que tienes

El equipo de esquí incluye las fijaciones y las botas, así que los esquís de travesía deben ser compatibles con ellas. ¡No siempre es así!


Nivel de esquí

Para hacer esquí de travesía, hay que ser bueno esquiando en pistas. Pero claro, en algún momento serás un absoluto novato en el skimo, o como se dice en el argot, en “foquear”. Si estás empezando a hacer fuera pistas, coge unos esquís que no te vayan a penalizar mucho subiendo; si vas más seguro, opta por unos esquís que tengan un patín ancho y mucho rocker.


Talla

Haz caso a las recomendaciones del fabricante, tanto de peso como de altura. ¡No tiene más misterio!


Esquís para hombre, mujer y niños

Hay muchos modelos que son unisex, pero normalmente se hacen específicos con cambios en su ligereza, rigidez, anchura y posición de las fijaciones.


Tipo de esquí de travesía.

Los esquís cambian en función de si buscas que sean ligeras (de competición), polivalentes (los más habituales, ligeros y con buenos resultados en diferentes escenarios) o freeride (de mejor maniobrabilidad, para salidas ocasionales al monte)



¿Dónde hacer esquí de travesía?


Hoy en día prácticamente todas las estaciones de esquí incluyen itinerarios para hacer esquí de montaña y explorar sus alrededores desde otro punto de vista, más salvaje. Aquí te dejamos algunos recorridos que realmente valen la pena en plena nieve virgen:


Sierra Nevada

Ofrece dos itinerarios: el circuito Cauchiles, que discurre próximo a la pista El Águila y que nos propone una excursión de 5 kilómetros con un interesante desnivel de 950 metros; y el circuito Loma Dílar, más corto, de 4 kilómetros y 700 metros de desnivel.


Formigal

Tiene tres circuitos totalmente balizados, para evitar pérdidas: Petrosos, fácil, de poco más de 1 km y 170 metros de desnivel; Yandel, de dificultad moderada, 2,5 km y 332 metros de desnivel; y La Bandera, más exigente, de 6 km y 819 metros de desnivel.


Ordino Arcalís

Cuenta con circuitos diferenciados por su nivel de dificultad: de iniciación, La Coma; medio, Les Portelles; y avanzado, Hortell y Peyreguils.


Baqueira Beret

Tiene varios circuitos señalizados para la práctica de esquí de travesía en un entorno espectacular en la Val d’Aran. Destacamos, en el área de Beret, el de color rojo Crono Salomon Ticolet de Dossau, considerado de entrenamiento técnico y que lleva hasta la cota 2.515 metros del Tuc Dossau, de 3 kilómetros y 670 metros de desnivel. Los más experimentados se podrán probar todavía más a sí mismos con el circuito Tuc del Rosari y Tuc de Baciver, que sale del parking de Orri y sigue por un cuidado paraje natural hasta estas cimas que están a 2.594 y 2.644 metros respectivamente, con un desnivel de algo menos de 800 metros.

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