Qué ver y hacer en Puigcerdà
Puigcerdà es la capital de la Cerdanya con sus 8.000 habitantes y último pueblo del Pirineo Catalán antes de cruzar la frontera con Francia y entrar en la localidad de Bourg-Madame. Bueno, abrimos un paréntesis: si nos desplazamos poco más de dos kilómetros por Francia, volveremos a entrar en un pueblo de Girona, Llívia, que es como una isla completamente rodeada de territorio francés.
Volviendo a Puigcerdà, es un pueblo con mucho encanto en el Pirineo Catalán y con atractivo durante todo el año. En verano, se convierte en un destino fresco y lleno de divertidas propuestas de turismo rural y de aventura para vivir en familia, con la pareja o con los amigos; mientras que en invierno, sus paisajes espectaculares se tiñen de blanco con la nieve y nos invitan a practicar esquí y otros deportes invernales en un entorno de postal.
En este artículo te hemos preparado una guía con los planes imprescindibles que hacer en Puigcerdà, para que exprimas cada minuto de tu viaje.
¿Qué ver en Puigcerdà?
Empezaremos paseando por el pueblo (después ya tendremos tiempo de ver qué hacer en los alrededores de Puigcerdà). El entorno, el clima y un atractivo lago artificial facilitaron que se convirtiera en una especie de centro de veraneo pionero a finales del siglo XIX y que aún se conserva en la actualidad. Hay muchos que comparan Puigcerdà, por su “skyline”, con un pueblo nórdico.
Lo más recomendable en Puigcerdà es callejear por el centro, comenzando por la plaza de Santa Maria (¡no dejéis de probar sus dos típicas churrerías!). Aquí localizaréis fácilmente la conocida Torre del Campanario de la antigua iglesia, destruida durante la Guerra Civil Española en 1936, y que hoy es visitable; vale la pena subirla para contemplar preciosas panorámicas del pueblo y del entorno pirenaico que le rodea. Este epicentro del pueblo es muy animado, con muchos bares y, a menudo, eventos con paradas.
Seguid por las dos arterias principales de Puigcerdà: la calle Mayor y la calle de España. Son zonas con mucho bullicio y repletas de tiendas de todo tipo, de deporte, de ropa, de calzado, de souvenirs, restaurantes, etc. Los sábados por la tarde es cuando suele haber más ambiente. Continúa hasta llegar al mirador de Puigcerdà, con vistas que no te puedes perder. Si pasáis un fin de semana en el pueblo, coincidiréis con el mercado dominical que se pone por el centro y donde se pueden comprar embutidos y quesos típicos de los Pirineos.
Si hay un enclave en Puigcerdà de visita obligatoria es su lago artificial: hay cisnes y columpios, en invierno está congelado y en verano hay un bar en el embarcadero en el que podremos tomarnos algo y refrescarnos. Junto al estanque podemos visitar el Parque Schierbeck, cónsul general de Dinamarca que fue impulsor del recinto a finales del siglo XIX, un lugar de lo más tranquilo. Por cierto, si puedes planificar tu viaje a finales de agosto, no te pierdas la llamada “Fiesta del Estanque”, con fuegos artificiales en el lago, conciertos, pasacalles y “correfocs”, así como una travesía nadando.
Si quieres estirar un poco las piernas, puedes seguir el Camino de Rigolisa. Es un sendero muy frecuentado por los y las vecinas de Puigcerdà de 3,5 kilómetros. Es sencillo, para hacer en familia, a pie o en bicicleta, y tiene una variante que la hace circular y que suma 1,6 kilómetros llamada “El Camí dels Enamorats”; esta sigue un tramo de una acequia y que es precioso con los colores del otoño. Comienza cerca del Hospital de Cerdanya y llega hasta la Ermita de Rigolisa.
Qué hacer cerca de Puigcerdà
Después de callejear por este pueblo lleno de servicios, tenemos propuestas para todos los gustos en los alrededores de Puigcerdà:
Esquiar
Sin duda uno de los grandes atractivos durante el invierno es el esquí, gracias a la proximidad de Puigcerdà con grandes estaciones catalanas como son La Molina (está a 19 kilómetros) y Masella (a 16 kilómetros). Tampoco es una mala opción de alojamiento si prefieres explorar las pistas de esquí de las estaciones del Pirineo Francés. Por ejemplo, Font Romeu está a solo 18 kilómetros y Les Angles, un poco más lejos, a 35 kilómetros. Puigcerdà es un buen lugar desde el que explorar nuevos dominios. En todas estas estaciones de esquí y en sus alrededores también podremos practicar otros deportes para exprimir al máximo la nieve, como paseos a bordo de trineos tirados por perros (el llamado “mushing”), rutas en raquetas de nieve o subirnos en una moto de nieve.
Un día en el Lago de Matemale
Ya en Francia, muy cerquita de Puigcerdà, es un lugar ideal para ir a pasar la jornada haciendo picnic y diferentes actividades, como ir en barca, hacer kayak, lanzarnos por una tirolina en un bosque vertical o ver caballos y ponis. Por supuesto, también os podéis bañar… si aguantáis las bajas temperaturas de sus aguas. Hay bar y restaurante junto al lago, así que no os faltará de nada. Un lugar muy agradable, pintoresco y con mucho ambiente en verano.
Un baño en el río
Hay veces que los días más sencillos son los más recordados, los que nos ayudan a reconectar con quienes nos acompañan y a olvidarnos de los problemas y del estrés diario. Cerca de Puigcerdà podemos lograr esto dedicando un día o una mañana a bañarnos, simplemente, en un río. ¿A cuál podemos ir cerca de este pueblo? El río de Latour-de-Carol tiene césped y un camino que lo bordea de lo más apacible, ideal para relajarse, con mesas de picnic y columpios; otra opción más cercana es igualmente el río Querol, pero a la altura de La Vignole.
Una ruta en bici por la Cerdanya
Si llevas la bicicleta a cuestas o te animas a alquilar una, hay muchos paseos de diferentes niveles de dificultad por los alrededores. Una ruta recomendable para familias es ir de Vilallovent (al sudeste de Puigcerdà) a Osséja, de casi 5 kilómetros (solo ida), un recorrido bonito, agradable y con muchos animales.
Una ruta de senderismo
Si lo que preferís es caminar, una ruta cercana que vale la pena es la excursión al Lac des Boullouses, a unos 40 minutos en coche. Hace un recorrido circular que pasa por 9 o 12 lagos (depende de lo que queráis andar), de entre una hora y media y tres horas y media. Aquí también se puede practicar escalada o kayak, para los que buscan más adrenalina.
Visitar pueblos bonitos de la Cerdanya
La zona de Puigcerdà está repleta de municipios con mucho encanto para los que les guste pasearse entornos rurales y de ensueño, con arquitecturas típicas de la zona, con gran presencia de piedra y tejados de pizarra. Algunos pueblos que vale la pena ver son: Llívia, el que comentábamos al principio y que tiene la peculiaridad de conservar la farmacia de origen medieval, probablemente más antigua de Europa; Vilafranca de Conflent, una preciosa villa francesa declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO, completamente rodeada por murallas; el municipio de Saillagouse, cerca del río Segre, otro pueblecito francés cerca de Puigcerdà que merece ser visitado; el Gils de Cerdanya y su mirador de montaña, que ofrece una espectacular panorámica de los Pirineos.
OPINIONES DE Les Angles