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En este artículo, te daré algunos consejos para mejorar tu técnica, basándome en lo que he podido ver, a partir de nuestra encuesta, que más te cuesta hacer al esquiar.
Para empezar, no está de más aclarar que, aunque mucha gente piensa que hay que adaptar la forma de esquiar al tipo de nieve o de pendiente, esto no es cierto. Así, los consejos que te daré ahora pueden aplicarse sean cuales sean las condiciones.
En primer lugar, vale la pena recordar que es importante que mantengas una buena forma física. Durante los últimos 10 años, el material ha evolucionado mucho y el esquiador ha tenido que adaptar su técnica a este cambio. Por una parte, el nuevo material facilita el deslizamiento, reduce el cansancio y proporciona más comodidad. Pero, por otra parte, requiere más forma física para controlar las reacciones de los esquís al hacer fuerza apoyando nuestros pies sobre ellos.
Asimismo, te recomiendo encarecidamente que vayas a disfrutar. El esquí no es un deporte díficil, al contrario, somos nosotros quienes lo complicamos. El tener los dos pies dentro de una bota y enganchados sobre unas maderas que resbalan al mínimo movimiento, hace que nos sintamos inseguros. En consecuencia, contraemos el cuerpo, provocamos tensiones inútiles o incluso, si estamos aprendiendo, nos tiramos al suelo por miedo a no parar nunca. Es vital que no pienses cosas como: "¿Y si me hago daño?" o "No lo conseguiré nunca". Ten en cuenta que en todo lo que hacemos, ya sea esquiar o cualquier otra actividad, lo que más trabaja es la cabeza. Por eso no hay que menospreciar el trabajo psicológico. Es crucial que pensemos en positivo y que no olvidemos que cada uno tiene su ritmo. No quieras ir más rápido de lo que tus capacidades te permiten ni intentes impresionar a nadie. Trata de sentirte seguro y gozar de la experiencia.
En tercer lugar, debes adoptar una posición natural al esquiar, teniendo en cuenta lo siguiente:
1) Mantén tus pies y tus piernas en línea recta con tus caderas, igual que si estuvieras de pie o caminando por la calle. ¿Verdad que no andas con las piernas ni muy separadas ni muy juntas? Pues al esquiar, debes hacer lo mismo.
Normalmente, los niños (y algunos adultos también) empiezan a esquiar con los pies muy separados porque les da más sensación de estabilidad. Sin embargo, esta sensación es falsa. Si no lo ves claro, puedes probarlo: haz unos giros con los pies muy separados, otros con los pies muy juntos, y otros con los pies en línea recta con las caderas. Verás que la posición más natural y estable es la última. Yo hago este experimento a menudo con los niños que entreno en el club de esquí en el que trabajo y todos notan siempre la diferencia.
2) Flexiona tus rodillas. Para mantener el esquilibrio y sentirte seguro, debes flexionar las rodillas, doblando la caña de la bota (como te expliqué en el artículo Consejos para comprar material de esquí: botas (1 de 4)).
3) Centra tu cuerpo. El centro de gravedad de tu cuerpo cuando estás parado sobre los esquís se sitúa más o menos a la altura de tu ombligo. Cuando esquías y en función de la pendiente, cambia un poco. Por tanto, la posición correcta sería con las caderas y el glúteo en línea recta con los pies. Cuando te deslizes sobre una pendiente pronunciada, esta posición ha de seguir siendo la misma.
Trata de no tirarte nunca para atrás, como si fueses a sentarte en una silla: te costará más girar y te cansarás más.
4) Lleva tus brazos hacia adelante. Los brazos y las manos representan un problema para mucha gente, que no sabe qué hacer con ellos. Antes, cada vez que girábamos, clavábamos el bastón, por lo que todavía tenían una función clara. Sin embargo, hoy en día, con las nuevas técnicas adaptadas al nuevo material, ya no se hace.
Así, ¿qué debes hacer con los brazos y las manos? Pues simplemente tienes que mantenerlos estirados hacia adelante, con una ligera flexión de codos. Esta postura te ayudará muchísimo a mantener el equilibrio.
Y, ¿a qué altura tienes que mantener los brazos hacia adelante? Muy fácil: has de poder verte las manos sin tener que bajar la cabeza mientras esquías. Por eso, tampoco debes separarlas ni juntarlas mucho, tienes que dejar una distancia más o menos como si estuvieras conduciendo.
5) Relaja tu tronco. Si te tensas, tendrás que hacer mucha más fuerza, te cansarás el doble y, sobretodo, no te sentirás cómodo.
También tienes que centrarlo, alineando los hombros con las caderas o, como mucho, proyectarlo ligeramente hacia adelante, pero sin doblarte en dos.
Dicho esto, sólo me queda advertirte de que los consejos que te he dado en este artículo debes practicarlos concientemente. Puede que al principio te sientas ridículo, pero te aseguro que notarás la diferencia.
Creo que con estos consejos ya puedes empezar a mejorar tu técnica y descubrir nuevas sensaciones. Seguramente, durante las primeras bajadas o los primeros días en que los lleves a cabo, te sentirás diferente, raro. Pero ya verás que los cambios serán positivos y que más adelante podrás esquiar mucho mejor. En fin, ya me dirás si lo pruebas y, si te quedan dudas, déjame un comentario y trataré de contestarte lo mejor que pueda.
Que vaya muy bien!! :-)