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La sensación de frío varía en función de la velocidad de enfriamiento de la piel. Este enfriamiento depende de los factores meteorológicos y de sus variantes:
Los dos principales problemas que el frío puede originar son:
Como medida de prevención, tanto para la hipotermia como para las congelaciones, es necesario llevar un equipamiento adecuado que asegure una protección oficial contra el frío y el viento. Procuraremos dejar las zonas del cuerpo al descubierto y beber líquidos calientes. Es aconsejable una alimentación adaptada hipercalórica (carnes, partes, grasas…). Las bebidas alcohólicas no son recomendables: deshidratan y favorecen la disipación del calor corporal.
En el caso de encontrarnos con algún caso de congelación, no debemos calentar nunca la zona afectada si no estamos seguros de que podremos mantenerla caliente hasta la llegada de los equipos médicos.
Si se deciden a calentar la zona afectada, la introduciremos en un baño de agua a 37 grados de temperatura. Es necesario conseguir también un calentamiento general de todo el cuerpo, cubriéndolo con mantas, anoracs… Nunca hay que masajear las zonas afectadas. Lo mejor es buscar ayuda médica rápidamente.
