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En 1968 se creó en España el primer peaje para una autopista, en concreto la que une Barcelona y Mataró. En 2004 acababa la concesión, pero ahí sigue cobrando a todo aquel que lo quiera usar. En otros países esta medida no solo se había implantado mucho antes, en los '50, sino que además se extiende a carreteras, especialmente de montaña. Famosos son los tickets que debemos pagar para subir en verano a lo alto de algunos puertos de Austria o Suiza.
En España, pese a que llevamos más de medio siglo desde aquel primer peaje, la realidad es que somos el país de Europa en que hay menos autopistas de pago. Si a eso sumamos que también somos de los que más kilómetros tienen de vías de alta capacidad, y además añadimos que desde hace dos años hay un plan de liberación de peajes, pues la presión a las arcas del estado es cada vez mayor.
Y es aquí cuando España ha ido a pedir dinero a Europa para recuperarse de la crisis que nos ha dejado del COVID-19, que Bruselas ha respondido con varias medidas para acceder a los 70.000 millones de euros prometidos, entre ellas un detallado informe en el que explica al Gobierno de Sánchez que aquí los conductores pagamos poco por usar estas vías de alta velocidad, y que habrá que pagarlas todas.
Desde diciembre de 2018 se han eliminado los peajes de la AP-1, la AP-4 y el tramo de la AP-7 que discurre entre Alicante y Tarragona; en septiembre de 2021 se suprimirán las barreras de la AP-2 entre Zaragoza y El Vendrell y también las de la AP-7 entre Tarragona y la Junquera. Es decir, se dejará de ingresar 500 millones de euros por este concepto, así que los tendrá que poner el estado echando mano de las arcas públicas. En estos tres años, de los 3.304 kilómetros de peajes que tenemos en España pasaremos a menos de 2.000 kilómetros, con lo que el peso de las vías de pago se habrá reducido del 18% al 11,5%.
Portugal, a quien Bruselas también le pidió que cobrara peajes a todos los vehículos industriales que usaran las vías de alta capacidad, finalmente decidió poner barrera de pago a todo el mundo, es decir, que los turismos y ligeros también pasan por cabina.
La patronal de la construcción Seopan, estimó en su momento que debería cobrarse un peaje de hasta 9 céntimos por kilómetro, pero parece que el Gobierno va a reducir mucho esta cifra, y se quedará en unos 4 ó 5 céntimos/km. Esto traducido en trayectos, significa que una familia que va a esquiar desde Madrid a Sierra Nevada debería pagar unos 14 euros, igual que si quisiera ir hasta las estaciones de esquí del Pirineo aragonés.
Por su parte, ir desde Barcelona a las estaciones de esquí de Andorra, se quedaría en unos 4 euros.
Algunas asociaciones y clubes de conductores critican la medida porque aseguran que muchos coches volverán a las carreteras alternativas para ir a sus destinos, lo que provocará más presión a estas vías y por tanto más accidentes. No obstante, en la decisión de cada uno queda si merece la pena ahorrarse 4, 5 o 12 euros, por un viaje a esquiar en el que el coste total, si se el suma la gasolina, forfait y otros gastos, deja en nada el porcentaje destinado a levantar la barrera de un peaje.
Fuente: nevasport.com
