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La estación de esquí de Candanchú empieza a ver la luz al final del túnel para poder abrir este invierno. La solución que el Gobierno de Aragón y la Diputación de Huesca proponen es que Aramón se haga cargo de la gestión de Candanchú, al menos durante la próxima temporada, a cambio de un alquiler simbólico.
Ahora falta que Ibernieve, empresa que tiene el 75% del capital de la estación, acepte dicha fórmula, lo que podría ocurrir este mismo martes en una reunión entre todas las partes.
El presidente de Aragón, Javier Lambán, asegura que su gobierno “tiene una solución acordada con la Diputación Provincial de Huesca que permitiría a corto plazo abrir la estación y a medio y largo plazo sanearla y recuperarla para una práctica del esquí no afectada por los problemas económicos".
La decisión de que Aramón –sociedad en la que comparten capital el Ejecutivo aragonés e Ibercaja— se haga cargo de las pistas y remontes de Candanchú, tiene como objetivo favorecer la actividad en la zona, de la que dependen miles de empleos directos e indirectos, y evitar una posible liquidación de la sociedad que se encuentra en concurso de acreedores.
No abrir durante otra temporada -después de ya no hacerlo en la 2020-21- podría suponer el acta de defunción de la estación, aunque la propiedad no descarta otros escenarios.
Como ya ha venido repitiendo desde que Candanchú anunció la no apertura de las instalaciones por problemas económicos, el presidente Lambán insiste que «el problema no ha sido generado ni por el Gobierno aragonés ni por las instituciones, sino que es el de una sociedad privada», añadiendo más presión a Ibernieve --propiedad de las familias Solans, Yarza, Alierta y Forcén-.
En lo que todos coinciden es en que «si se quiere abrir hay que ser rápidos» porque el tiempo apremia. Según los propios empleados de la estación, los trabajos previos para poner a punto las instalaciones no deberían demorarse más allá del 1 de septiembre.
Fuente: lugaresdenieve.com