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Cuando las comarcas de montaña confiaban en una gran ocupación turística durante las fiestas navideñas, fin de año y Reyes, la nueva ola de la Covid-19 (en forma de Omicron) ha provocado numerosas cancelaciones y situaciones dispares en función de cada región.
Empezando por el Pirineo catalán, Val d’Aran, Alta Ribagorça y La Cerdanya, registran ocupaciones superiores al 80% hasta Nochevieja y capean las restricciones para frenar el Covid-19 impuestas por la Generalitat y avaladas por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC).
Las estaciones de esquí de Baqueira-Beret y Boí-Taüll, en Vall d’Aran y Alta Ribagorça, respectivamente, y Molina y Masella, en La Cerdanya, se han mostrado como claros impulsores del turismo interior durante este diciembre. La Cerdanya y la Val d'Aran, gracias a las segundas residencias, registran ocupaciones superiores al 90% y es casi imposible encotrar restaurante para fin de año o el primero de enero.
En cambio, la ocupación hotelera en Aragón se desinfla para fin de año y Reyes y muchos de los clientes anulan reservas porque están contagiados o deben guardar cuarentena. Los hoteleros del Pirineo y de la provincia de Teruel están sufriendo numerosas cancelaciones. La situación contrasta con la buena afluencia de visitantes en la primera parte de las vacaciones de Navidad, reflejada en la gran animación en las estaciones de esquí.
A pie de pistas las cifras de ocupación son bastante buenas, llegan hasta el 80% en algunos hoteles, a diferencia de otros destinos turísticos, como Teruel, pero los empresarios del Pirineo reconocen que las expectativas eran mayores.
Lo mismo sucede en Andorra, donde la ocupación media para Reyes pueda llegar al 80%. Por otra parte, la restauración está afrontando un diciembre complicado y permanece a la espera de la respuesta del ejecutivo ante la demanda de más ayudas. Los hoteles de Andorra la Vella y Escaldes son los que más han sufrido las anulaciones.
El director de la Unión Hotelera, Jordi Pujol, lo achaca a las restricciones. Por contra, "a pie de pistas se ha mantenido bastante", asegura.
Y es que, desde las estaciones de esquí, la valoración es más positiva, aunque el director general de Grandvalira, Juan Ramón Moreno, reconoce que las cifras están lejos aún de las que había en prepandemia.
La mayoría de los esquiadores extranjeros de Andorra "son de proximidad, de España y Francia", ha explicado el director general de Grandvalira, y ha añadido que en general "agradecen que haya medidas para tratar de evitar los contagios y son muy colaboradores”.
En cuanto a las previsiones para los próximos días, Moreno se suma a la impresión relativamente optimista de los hoteleros y augura un estado excelente de la nieve en torno a Reyes, cuando habrán vuelto a bajar las temperaturas.
Fuente: lugaresdenieve.com
