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Punto final. Grandvalira ha cerrado la primera temporada de esquí postpandémica esta Semana Santa. A la espera del balance definitivo, que se dará a conocer cuando baje el telón Ordino-Arcalís -el 24 de abril-, ya se puede afirmar que se ha registrado una menor afluencia de esquiadores que la temporada 2018-19, pero, a diferencia de entonces, ha habido un incremento del gasto por visitante.
Otro dato no menos significativo: las cifras se han aguantado gracias a los mercados de proximidad -principalmente esquiadores procedentes de España y Francia-, que han compensado la caída de los mercados internacionales. Se trata de un perfil de cliente directo, lo que ha propiciado que los ingresos por visitante hayan sido superiores, hace notar.
Todo ello lo ha contado el director general de Grandvalira Resorts, Juan Ramon Moreno, a los medios andorranos. Según dice, el mercado internacional empezó "muy flojo", especialmente el ruso -históricamente muy importante para Grandvalira- y "llevamos ya dos años que no existe".
En cuanto al mercado británico, el director general asegura que la evolución ha sido bastante positiva: "si al principio fue muy escaso porque había todavía muchas restricciones, fue creciendo a medida que se fueron flexibilizando las medidas y finalmente se ha comportado prácticamente como si de una temporada normal se tratara'', indica. También ha funcionado bien el mercado escandinavo.
Con los datos en la mano, las cifras de afluencia están “ligeramente por debajo” de la última temporada completa de prepandemia, que fue la del 2018-2019, a pesar de lo cual Moreno la califica de “muy buena” y hace “un balance global muy positivo”.
Sin embargo, hay un pero, que no es otro que la incertidumbre del futuro más inmediato a causa del incremento de precios de explotación, “que tendrá un impacto importante en las cuentas de resultado de la estación”, pero también del aumento del coste de vida, que tendrá un impacto en el consumo.
Fuente: lugaresdenieve.com