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La pista Barcelona, reacondicionada e innivada se convierte en una buena alternativa a la pista Olímpica mucho tiempo esperada, a menudo desgastada por el tráfico de esquiadores. Además, podría ser homologada en un futuro para la competición.
La Molina está acometiendo este verano el reacondicionamiento de la pista Barcelona con la instalación de unos setenta cañones de alta presión y de última generación para producir nieve de cultivo.
La innivación de esta pista negra de arriba a abajo dotará con cañones de alta presión de la marca Technoalpin, a partir de este mismo invierno, de una nueva opción de descenso con nieve garantizada desde lo alto de la Tosa d’Alp. “Los esquiadores podrán bajar del Niu de l’Àliga por la derecha o por la izquierda con la nieve garantizada y evitaremos el desgaste que, ahora, sufre la única parte que está innivada”, indica el director de La Molina, Xavier Perpinyà.
Al mismo tiempo, aunque Xavier Perpinyà, admite que no es una prioridad ni es ese el objetivo, a nadie se le escapa que, con este recondicionamiento, la Barcelona recupera las condiciones para ser homologada como pista para la competición.
Y es que, de concretarse algún día la candidatura de los JJ. OO., la Barcelona está llamada a formar parte del tramo central del descenso en combinación con las pistas Comabella y la Olímpica.
La pista Barcelona es una de las veteranas de La Molina y existe desde que en 1954 el telecabina Puig d’Alp llegase a la cima de la Tosa, figurando ya en los mapas de pistas de la década de los setenta, cuando fue homologada como estadio de competición.
La Barcelona tiene una calificación técnica de “negra”, se localiza en la vertiente noreste de la montaña de la Tosa (2.535 m) y se accede a ella por el telecabina Cadí-Moixeró.
El director de La Molina nos explica que, si bien la innivación artificial es la parte más visible del reacondicionamiento, la obra se ha dividido en tres tramos: “la parte superior, desde la cota 2.490 a la 1.985, que es todo prado alpino y donde se han colocado las tuberías de agua y se ha vuelto a sembrar”.
“En la parte intermedia -señala Xavier Perpinyà- la que va desde la carretera de Coll de Pal hasta el comienzo de la Olímpica, se ha ampliado la pista, pasando de 39 a 60 metros y, en el tramo final, donde se junta con la Olímpica, se dobla la línea de cañones y tendremos en los dos lados de la pista”.
Las obras, que empezaron a primeros de mayo y avanzan a buen ritmo, deben estar terminadas para poder estrenar la nueva nieve artificial la temporada de esquí 2022-23.
El director destaca que “las obras se realizan bajo la supervisión de una comisión de seguimiento ambiental y cumpliendo con todos los requisitos medioambientales”.
Fuente: lugaresdenieve.com
