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Aunque antes del conflicto en Ucrania los precios de la electricidad ya mostraban una tendencia al alza, el estallido bélico ha hecho incrementar rápidamente los costes de las facturas energéticas. Las sanciones a Rusia, un verano muy caluroso y una sequía severa en toda Europa, hace prever un invierno muy duro en el continente con familias que no podrán pagar la calefacción de sus hogares.
El impacto también se notará en las empresas, entre ellas las dedicadas al turismo, y las que gestionan estaciones de esquí. Si hasta ahora la factura de la electricidad para mover remontes o fabricar la nieve artificial era un quebradero de cabeza, este invierno pagar la energía puede convertirse en todo un desafío.
En los Alpes la mayoría de estaciones de esquí ya han empezado a mover ficha. Y esto cuando apenas se estaban recuperando de la crisis que provocó el cierre de remontes por la pandemia del COVID.
Las estaciones de esquí plantean medidas como no poner agua caliente en los baños o bajar la calefacción en todos los edificios. Algunos proponen reducir el horario de los remontes, ya sea empezando más tarde o haciendo el recorte al final. También que viajen más lentos.
Son medidas que no todas las estaciones están de acuerdo. Las que viven de un público más local, aseguran que estos esquiadores prefieren estar en pistas a las 08h de la mañana. Otros aseguran que se perderían las clases de la primera hora del día.
La Oficina Federal para el Abastecimiento Económico Nacional (BWL) en Suiza pretende ir más allá y ha propuesto prohibir el uso de cañones de nieve artificial. Lógicamente muchas estaciones han puesto el grito en el cielo ante tal medida, porque entre otras cosas aseguran que desde hace años se lleva invirtiendo en la compra de nuevos aparatos que mejoran enormemente la eficiencia energética.
Berno Stoffel, Dorector de Seilbahnen Schweiz asegura que los remontes representan el 0,3% del gasto energético de Suiza y que por tanto estas medidas le parecen desproporcionadas porque apenas ayudarán a aliviar la crisis energética. Si está más a favor de eliminar el agua caliente en los baños o calentar menos las estancias.
En Austria también están pensando medidas de ahorro energético. Franz Hörl, portavoz de Österreich Seibahnen explicó al diario Der Standard que plantean reducir en un 10% la cantidad de nieve que se produce a través de los cañones, no ofrecer esquí nocturno este invierno, y usar menos cabinas o sillas en los remontes. La gran mayoría de estaciones de esquí han incrementado notablemente el precio de los forfaits.
Igual que su colega suizo, asegura que los remontes no son el problema energético del país. En lo que si difiere es en el porcentaje de gasto. Hörl asegura que estos aparatos son el causante del 1,3% del consumo de electricidad en Austria.
La situación no obstante es grave y más que lo podrá ser en las próximas semanas. Para entender el problema al que se enfrentan las estaciones de esquí de los Alpes, hay que saber que el precio de la electricidad en países como Alemania, Austria o Francia ya está cuatro veces por encima de la de España. Y aunque allí los sueldos son mayores, tampoco cuadriplican a los nuestros.
Hoy en España pagamos 134,6 euros el megavatio hora. En Alemania el precio es de 557 € y en Francia se eleva 553.
De este modo, el precio en el mercado español pasa a ser el más bajo desde el pasado 30 de junio. Tras la quinta caída consecutiva de la electricidad, se sitúa además un 62% por debajo del máximo histórico registrado el pasado 8 de marzo, cuando se alcanzaron los 544,98 euros/MWh, casi dos semanas después del inicio de la invasión rusa de Ucrania.
Esta situación la podemos disfrutar gracias al tope al gas en virtud de la denominada "excepción ibérica" impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica del Gobierno de Pedro Sánchez y que compartimos con Portugal, donde también registran el mismo precio que nosotros en España.
Ante esta situación, probablemente este invierno tocará quedarse en casa a esquiar, tanto en la península como en Pirineos, donde los precios anunciados hasta ahora suben con cierta contención, y no deberíamos ver remontes con menos sillas y hasta tendremos agua caliente en el baño cuando entremos a un restaurante a calentarnos de la jornada de esquí.
Fuente: nevasport.com
