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La famosa estación de esquí de Tignes corre el riesgo de quedar sumergida en un lago resultante del derretimiento del glaciar Grande Motte (Saboya).
Los habitantes de Tignes tienen la vista fija en las cumbres. Justo encima de ellos, el glaciar Grande Motte se derrite cada vez más rápido.
"Con el calentamiento de los últimos días y la ola de calor, tenemos una corriente con mucha más presión", declaró a TF1 el alcalde de la estación saboyana, Serge Revial.
El glaciar pierde de 2 a 3 metros de espesor cada año. Debido al deshielo, las aguas se acumularon hasta el punto de crear un lago en 2019. Su volumen superó los 150.000 metros cúbicos, el equivalente a 600 piscinas olímpicas.
“En los próximos cinco o seis años seguirá aumentando cada año con el derretimiento del glaciar y el retroceso de esta lengua glaciar.“, advierte Clément Colin, director general de los servicios del municipio de Tignes.
El agua puede fluir bajo el hielo y llegar hasta Tignes, 800 metros más abajo. "Este riesgo no es tanto una inundación, sino más bien la llegada de bloques de roca con cierta fuerza a una parte del pueblo", continúa Clément Colin.
En la estación, los vecinos y comerciantes siguen muy de cerca la situación.
Para proteger el núcleo de Tignes, el Ayuntamiento decidió vaciar el lago. Desde julio de 2023, las excavadoras excavan un largo canal a 2.800 metros de altitud para evacuar el agua al otro lado del valle.
Con el aumento de las temperaturas, las autoridades quieren ir más allá. "Reduciremos aún más el volumen del lago, así entre principios de verano y finales de verano, habremos pasado de 150.000 metros cúbicos a 20.000 metros cúbicos", dice David Etcheverry, ingeniero.
Actualmente, el pueblo de Tignes ya no corre peligro, pero los científicos permanecen vigilantes. Con el derretimiento de los glaciares, se formarán decenas de otros lagos en los Alpes.
Fuente: lugaresdenieve.com