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Ya tenemos aquí la temporada de esquí 2019-2020 y toca desempolvar el material y sacarlo del armario. En otros artículos hemos hablado de cómo preparar los esquís (ver artículo) después un largo verano guardados. Sabemos que son nuestra pequeña joya, pero también tenemos que prestarle atención al resto del material. Nos referimos a los bastones, la ropa o las gafas. ¡Toma nota de estos consejos!
Todo material deportivo necesita unos cuidados por dos motivos esenciales: el primero, nos ayudará a alargar su vida útil; y el segundo, mantenerlos en un buen estado es una garantía de seguridad para esquiar. Por estos motivos, es importante hacerles un poco de caso cuando los sacamos del armario para volver a usarlos en la nueva temporada. Así vamos a cuidarlos.
Los bastones
Este componente nos ayuda en las pistas a equilibrarnos, pero también es una guía para orientarnos y “remar” cuando nos quedamos clavados en una pista sin pendiente. De cara a la nueva temporada, debemos revisar especialmente el estado en el que se encuentra la empuñadura, la correa y la roseta. Se trata de partes de los bastones que se pueden sustituir fácilmente si ves que están dañados y es relativamente económico. Si tiene demasiados desperfectos, quizás te toque plantearte comprarte unos nuevos.
La ropa
¿Qué hacer con tu ropa de esquí de siempre? ¿La renuevo o la sigo utilizando? Eso dependerá de cómo te encuentres con ella: si se ajusta a tu talla (engordamos y adelgazamos con el paso del tiempo), si te sigue protegiendo del frío… Recuerda que el aislamiento es una propiedad que se va perdiendo con el paso de los años, y sobre todo, con el paso de las prendas por la lavadora.
Si sigue siendo cómoda lo puedes verificar fácilmente en casa: ponte todo el equipo (todo es todo, incluida la ropa interior térmica y el forro polar) y haz los movimientos habituales de una jornada de esquí (levantar los brazos, mover la cadera, flexionar las rodillas, etc.).
Las botas
Las botas son, seguramente, la prenda más odiada del ‘outfit’ necesario para esquiar. Las necesitamos, pero a veces nos hacen la jornada imposible si le hemos metido caña muchas horas seguidas por su rigidez y por la manera como se ciñen al pie para evitar las torceduras. Pese a todo, las amamos porque no dejan de ser nuestro seguro de vida.
Precisamente por eso tenemos que prestarles atención y darles mimo. De cara a la nueva temporada de esquí debemos limpiarlas bien por dentro con agua fría y jabón neutro. Después las desinfectaremos, especialmente si las tenemos desde hace años y nunca lo hemos hecho antes. Importante: nunca dejes las botas húmedas, ya que atraerá a los bichos. Guárdalas siempre con bolas antibacterias.
También es importante que vigilemos el tamaño de la suela. Con el paso del tiempo y con el uso intenso puede perder grosor, lo que hará que no encaje tan bien como antes en la fijación de los esquís. Esto podría ser un peligro en medio de las pistas porque se nos podría soltar el esquí.
Las gafas
Aunque no le solemos dar importancia, las gafas o máscaras para esquiar son muy importantes para protegernos de los rayos UVA del sol y del frío. Hay que revisar al inicio de la temporada el estado del foam, que es la almohadilla que las cubre y que se apoya sobre nuestra cara. Es esencial para asegurarte de que no se empañarán cuando estés en medio de un descenso, lo que te restaría mucha visión. Igualmente, comprueba el estado de la correa y de las lentes para que sigan haciendo sus funciones.