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Esquiar suele ser sinónimo de madrugar, descender por las pistas durante el día, pausa para tomar una cervecita al sol, probar esa negra con la que sueñas desde hace tiempo, un chocolate caliente… y ducha y actividades de ‘aprés-ski’.
Pero, ¿y si pudieras seguir esquiando por la noche? ¿Se te ocurre algo más mágico, como amante de la nieve, que calzarte las botas y deslizarte por la nieve bajo la luz de la luna y de las estrellas? La primera estación española que lanzó esta propuesta es Sierra Nevada. Conoce esta experiencia tan especial.
Sierra Nevada ilumina sus pistas de esquí de El Río por la noche. Son 3,3 kilómetros de pistas esquiables que ofrecen un desnivel de 600 metros; todo su recorrido tiene luz, hasta 35 lamparitas que le darán un toque único a la experiencia y toda la visibilidad que necesitas. También se abre al esquí nocturno la pista Maribel, con 2,5 kilómetros de bajada desde Borreguiles.
El esquí nocturno en Sierra Nevada se abre, habitualmente, los jueves y los sábados de 19h a 22h. A las 21.30h se hace la última subida del telecabina. Siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan, claro.
Si la nieve no está en las mismas condiciones a primera hora de la mañana que antes de cerrar las pistas, te puedes imaginar que su morfología también será diferente por las noches. No te preocupes: la maquinaria de Sierra Nevada trabaja para que esté en las mejores condiciones posibles volviendo a pisar la superficie esquiable, y si hace falta, poniendo en funcionamiento los cañones de nieve artificial. Lo cierto es que es una experiencia única que vale más vivirla que leerla. Las sensaciones son diferentes, la intimidad con la montaña es especial. Y la nieve, por la noche, está algo más dura pero suele tener por encima una fina capa de polvo muy agradable y agradecida.
Muchos optan por alargar la jornada con esquí nocturno; así son más horas sobre los esquís o sobre la tabla de snowboard. Otros, prefieren este momento del día, no solo por su halo especial, sino porque hay menos masificaciones (por este motivo, no son pocos los de la tierra, los granadinos que se acercan por la noche).
Pero es que incluso si te apetece dejar los esquís y disfrutar igualmente de la montaña nocturna, es posible hacer rutas con raquetas de nieve. En el Centro de Interpretación El Dornajo te asesorarán con los mejores itinerarios, en qué condiciones están el día que os decidáis a ir y qué debéis llevar.
Como decíamos, la estación de Sierra Nevada fue la primera de España en ofrecer esquí nocturno. Pero a día de hoy, son varias las que se han sumado a esta propuesta.
Una de ellas es Masella, en el Pirineo Catalán. De hecho, es la que ofrece mayor abanico de posibilidades: ilumina hasta 13 pistas, por lo que se la conoce como “la capital del esquí nocturno de los Pirineos”. Abren siete remontes que suben los 420 metros de desnivel los jueves (de 18.15h a 20.15) y sábados (de 18.30h a 21.30h), además de alguna fecha especial, como en Año Nuevo.
Otro ejemplo lo encontramos en Grandvalira (Andorra), donde su apuesta nocturna es el Sunset Park Henrik Harlaut, el único nocturno de los Pirineos. Está en Grau Roig y abre de 15h a 21h los jueves y los sábados.
Por último, no podemos dejar de mencionar las noches de Formigal-Panticosa. Ofrecen “tobboganing”, es decir, descensos en trineo nocturnos. El paquete experiencial cuenta con un telesilla que acerca a los participantes de la zona de Cantal a las 19h, allí se cena, y después, tras una pequeña formación, se descienden 2,5 kilómetros por una pista iluminada.