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Los remontes nos ayudan a esquiar de manera más fácil por las laderas nevadas, para que no tengamos que remontarlas caminando antes de cada descenso. Pero también permiten disfrutar de la alta montaña a quien no está tan preparado como para llegar a ciertas cotas a pie o para quienes no tienen demasiado tiempo para invertir en la aproximación. Son un recurso que facilita el acceso a impresionantes parajes naturales.
Uno de ellos es el Telecabina Panticosa, un remonte que está en las pistas de esquí de la estación de Formigal-Panticosa, en el valle de Tena, y que permite que todo el mundo se pueda acercar a las alturas de uno de los enclaves más bonitos del Pirineo Aragonés. Tanto en invierno como en verano. Te contamos todas las claves para aprovecharte de los servicios de este remonte.
El Telecabina de Panticosa es un remonte perfecto para salvar los primeros metros de la ascensión a esta parte del Pirineo Aragonés y comenzar a caminar o a practicar BTT directamente en un paraje de alta montaña.
Sale del mismo pueblo de Panticosa (junto a la zona para autocaravanas), a 1.180 metros de altitud, y conduce hasta los 1.900 metros. Por tanto, salva un desnivel de más de 700 metros y deja en el Valle de Petrosos. Además, el viaje en la cabina es precioso: disfruta de sus vistas durante los 15 minutos que dura. Esta experiencia panorámica es apta para todas las edades, ¡así que no valen las excusas!
Las taquillas del Telecabina de Panticosa abren en verano de 9.30h a 17h, que coincide con el horario de apertura del remonte (la última bajada es a las 17.15h, ¡no lo pierdas si no quieres acabar haciendo el descenso andando!). Hay tres modalidades de forfait para comprar y estos son los precios (hay descuentos para las compras online):
Incluye la subida y la bajada en el remonte en el horario que está en funcionamiento. Cuesta 24,50€ para los adultos y 14€ la entrada infantil (nacidos en 2011 o años posteriores).
Además del viaje a bordo del Telecabina de Panticosa, podrás disfrutar de un manjar completo en el restaurante de Petrosos. Vale 34€ para adultos y 23€ para niños.
Es una oferta ideal para familias en las que van cuatro personas, ya que incluye dos pases de adulto y dos de niño para subir al remonte, así como menú en el restaurante de Petrosos, para quienes no se quieren preocupar de hacer bocadillos o preparar un tupper. Cuesta 93€.
Por otro lado, hay otros pases especiales para subir al Telecabina de Panticosa. Si tu idea es hacer BTT en las alturas, deberás pagar un suplemento de 24,50€ por llevar la bici. El menú por separado en el restaurante Petrosos cuesta 22€ para adultos y 15€ para niños (se puede comprar en las mismas taquillas). Además, si eres de la zona o piensas aprovechar el servicio del remonte varios días y semanas durante tus vacaciones estivales, te puede salir a cuenta comprar el abono de temporada de verano: cuesta 95€ para adultos y 76€ para niños y permite el acceso ilimitado durante estos meses. Recuerda que abre de principios de julio a principios de septiembre.
Como hemos señalado, si no tenéis ganas de llevar nada preparado ni de cargar la mochila con demasiados víveres, tenéis la posibilidad de comer en las alturas. Junto al lugar donde deja el Telecabina de Panticosa, está la cafetería de Petrosos, en paraje idílico a 1.900 metros de altitud.
Podemos pagar allí mismo la consumición, o bien comprar un ticket de menú en las taquillas del remonte o por internet (en modalidad online te ahorrarás unos euros). Hay menús para adultos y para niños, con una oferta interesante para reponer energías. Esto es lo que incluyen:
A elegir un primer plato (ensalada fresca, verduras o pasta), un segundo plato (parrillada de carne con su guarnición, longanizas, pollo, chuletas de cordero, hamburguesas XXL, etc.), postre, pan y una bebida.
Plato combinado a elegir, pan y agua o refresco y postre
Por otro lado, cuando volvamos de las alturas por el Pirineo Aragonés, siempre podemos cenar en alguno de los restaurantes de Panticosa y alrededores. Es conocido El Ciervo, con deliciosos chuletones a la piedra y otras delicias locales, o la taberna alemana Oktoberfest, para comer algo rápido y donde se sirven buenas jarras de cerveza.
Subir al ya es un plan en sí mismo, ya que este espectacular viaje de 15 minutos suspendidos en el aire os ofrece una vista de pájaro increíble del entorno: el Valle de Tena, el Pirineo Aragonés y el pueblo de Panticosa.
Una vez alcancéis la cota 1.900 en la que deja el Telecabina de Panticosa, tenéis diferentes planes. ¿Qué buscas, un sencillo plan familiar, una exigente ruta para montañeros, un paseo por fabulosos miradores…?
También conocidos como ibones, que es el nombre que reciben estos pequeños lagos de origen glaciar, es un paseo muy popular para hacer en familia y con personas que no están demasiado acostumbradas a andar, ya que el recorrido es poco exigente. Desde la parte superior de la estación, hay que dirigirse primero al Ibón de Sabocos, que está a 1.905 metros de altitud, en un enclave sobrecogedor, rodeado por los picos del Verde y Peña Sabocos. El recorrido es fácil y llegaréis en alrededor de una hora desde donde deja el remonte; está en el macizo de Tendeñera, un espacio de imponentes paredes calcáreas en las que habitan especies míticas de la zona como el Quebrantahuesos.
En realidad retomamos la ruta donde la dejamos en el Ibón de Sabocos: desde aquí podemos continuar hacia el Ibón de Los Asnos, que está a 2.060 metros de altitud, con unas aguas en las que habitan especies endémicas como el Tritón Pirenaico. A partir de este punto, la ruta pasa a ser un poco más exigente, pero tampoco es para tanto. En todo caso, el esfuerzo vale la pena: las vistas y la paz que transmite el paisaje os hará olvidar todo. Le abrazan los picos de Peña Roya y Mandilar. El camino está señalizado y es muy bonito y pintoresco, nos llevará una hora más. Si habéis madrugado y hacéis la ruta a primera hora de la mañana, igual tenéis suerte y os topáis con fauna de la zona, como marmotas, corzos o sarrios.
El Trail Running es una disciplina deportiva que está ganando fama en el Pirineo Aragonés y son muchos los que hacen esta cima desde el mismo pueblo de Panticosa, una ruta de 1.000 metros de desnivel positivo por un terreno irregular de gran pendiente, el llamado “KM vertical”. Si no queréis machacaros tanto, siempre podéis aprovechar el Telecabina de Panticosa para que la ascensión sea mucho más ligera, aunque igualmente requiere de un cierto aguante en alta montaña: tiene menos de 400 metros de desnivel y son unos 22 kilómetros de ida y vuelta.
